Noche tras noche
por Quim CasasHacia la mitad de su metraje, 'Mientras duermes' tiene un ostensible bajón de intensidad, algo que no es grave y que han padecido muchas películas construidas a partir de dos o tres personajes a lo sumo y en un espacio reducido, en un huis clos muy polanskiano. Algunos elementos de guión están en exceso forzados (la plaga de cucarachas, por ejemplo), pero pese a ello se trata de una excelente película de intriga construida/fundamentada en la aterradora idea de quien observa y manipula consciente de que el otro, el que es observado y manipulado, está completamente indefenso: el personaje del conserje que encarna Luis Tosar se hace primero invisible a ojos de la inquilina de uno de los apartamentos, se funde con la naturaleza del decorado como si se tratara de un camaleón mudando su piel a la de las baldosas del suelo o los bordes invisibles de un armario, para después hacer todo lo que le apetece una vez la muchacha, Marta Etura, ha quedado sumida en el dulce pero agotador sueño del cloroformo.
El último film de Jaume Balagueró, uno de sus trabajos más consistentes y gratificantes, parte de una situación inalterable que se va repitiendo noche tras noche aportando a cada nueva secuencia algún elemento más perturbador que en la anterior. De este modo se va creando un clima asfixiante hecho con muy pocos elementos (la figura furtiva debajo de la cama, la mascarilla y el éter, los pasos sigilosos, el progresivo cansancio y ojeras que experimenta la protagonista cada mañana al salir de casa) y se dibuja a la perfección la figura del mal, ya que eso es lo que representa el personaje de Tosar: alguien que disfruta con el control de los demás, que esparce semillas podridas por doquier y busca gratificaciones insanas convencido de que el mundo que le rodea, inalcanzable para él, no tiene razón de ser según sus perversas creencias y todo el mundo, más tarde o más temprano, debe pagar el precio que él decide.
A diferencia de 'Frágiles' o 'Darkness' –coincidentes, en todo caso, en una similar valoración del espacio y el decorado, las arquitecturas como figuras nada retóricas del género–, 'Mientras duermes' acude a un tipo de terror más interior (por espacio físico y por definición de los personajes principales) que exterior, de puesta en escena muchísimo más concentrada para sacar a la luz, con pausa, las obsesiones más recónditas de alguien que nunca ceja en su intento de hacer el mal sin que nadie se lo haya hecho a él.
A favor: La manera en la que Balagueró, apoyado en un buen Luis Tosar, define en pantalla la inquietud y el mal.
En contra: Algunas salidas de tono y una fase intermedia de mayor indefinición.