Tras diez años sin dar señales de vida, Tobin Frost (Denzel Washington), un inteligente y manipulador ex agente de la CIA que se sospecha vendía información secreta, se entrega en el consulado norteamericano de Ciudad del Cabo. Cuando unos mercenarios atacan el piso franco al que lo llevan los de la Agencia, un agente novato llamado Matt Weston (Ryan Reynolds) escapa con él. Ambos intentarán sobrevivir para intentar averiguar quién y por qué quieren acabar con ellos.
Una película de acción sin cesar, con buen ritmo y con una buena carta de presentación, Ryan Reynolds interpretando a un policía frustrado, con ganas de nuevos aires y quien quiere demostrar lo que vale, y por otro lado, aún espectacular, impresionante, soberbio como siempre, Denzel Washington, haciendo de un personaje frío, calculador y muy bien entrenado.
La trama es ya vista y previsible, aunque el ritmo y la casi constante acción la sobre lleva de buena manera, el guión es correcto, simple, sin nada a destacar aunque lleva a nuestros dos protagonistas a un buen choque ético y moral, donde ambos caminos se cruzan hacia lo correcto. pese a esto, el guión aún así carece de profundidad y los personajes también, rescatados ambos por las buenas interpretaciones que nos brindan Ryan Reynolds y Denzel Washington.
Es entretenida por el frenético ritmo, con una acción más realista y menos hiperbólica, y con buenos combates cuerpo a cuerpo. No me gusta el filtro que te meten y que te solían meter los thrillers de aquella época, intenta imitar un poco ese rollo que Fincher popularizó y no me termina de convencer más allá de las películas del propio David Fincher. Pero bueno, recomendada si queréis ver a Denzel Washington en acción, lo cual siempre alegra.