Cuando en una película se suprimen las escenas dinámicas, el silencio innato y propio del suspenso o la fantasía en las tomas de primer plano a los personajes o al paisaje, queda siempre esperar que sea el guion el que le imprima ese sello de calidad y tome la batuta llevando a buen recaudo dicha cinta. Me sorprende mucho que Roman permita o más bien dirija semejante bodrio sin pies ni cabeza. Esta película es un intento wannabi y pseudointelectual que busca retratar "ácidamente" los sinsentidos del mundo adulto a la hora de encarar y tratar los problemas familiares que involucran a más de una familia, suceso que, si bien es cierto cumple con dicho fin, es decir, plasmar lo compleja que puede ser dicha interacción, en donde los desenlaces suelen ser turbios pero apacigüantes y de mucho aprendizaje, lo cierto es que aquí más bien vi un entramado de diálogos que sutilmente maquillaban una escueta pero pronunciada grandilocuencia, con dos polos que nunca llegaron a representar nada fidedigno a lo que conocemos como problemáticas familiares. Y está bien, si se quiere abordar este dechado de estimulante manufactura mercantil y banal representación de la enajenación matrimonial desde una óptica meramente simbólica, donde el autor imprime su versión artística y subjetiva de tales sucesos, aunado a un versionado propio del que otorga la historia original, la pregunta sería; ¿porqué entonces se nos vende esta historia como "drama o comedia dramática"?, siendo que una de sus limitaciones primarias y más evidentes es precisamente la ausencia de tan siquiera un poco de drama creíble, ya que la sesión de embriaguez y los constantes lloriqueos -diría más bien berreos- de Penelope (Judie Foster) no solo no convencen, sino que lograron estropear -de momentos- aún más la trama, sin mencionar que la sobre actuación de Judie era innecesaria para lo que requería un suceso de esa naturaleza, y llegó a ser cansina e irritante verla fastidiarse por absolutamente todo.
En fin, nunca me creí nada de lo que estaba viendo, al contrario, me aburrí y desesperé al ver que la situación llegaba a nada; ¿qué le pudo haber hecho falta a la cinta para mejorarla?, ¡si, correcto!, un poco de comedia, lastima que ésta brilló por su ausencia; ¡no me reí nunca!.