Crítica de SensaCine.com para Aviones: Clases de vuelo para niños

Planteada como una suerte de derivada del universo Cars, la película de John Lasseter (actual director creativo y ejecutivo de Pixar), Aviones poco tiene de su precedesora, más allá de que los vehículos motorizados (en este caso con alas) gastan una sonrisa envidiable. No es que Cars se coronara en su día como la película más popular de la compañía (de hecho, la crítica no salió muy entusiasmada de las proyecciones), pero poseía (y sigue teniendo) un poquito más de punch que Aviones.

Y es que este nuevo trabajo de Disney/ Pixar estila poca imaginación. Es como si, por poner un ejemplo ad hoc, la compañía hubiera encendido el piloto automático y se dejara llevar despreocupadamente. Por partes: en esta aventura sobre un joven avión fumigador cuyo sueño es convertirse en el campeón de una carrera aeronáutica alrededor del mundo resuenan ecos de La gran carrera del siglo (Blake Edwards, 1965) y Top Gun (Tony Scott, 1986), aunque son sólo pequeños guiños superficiales al servicio de la clásica historia de superación personal que encontramos en todas las películas Disney. Aquí, no obstante, apenas hay profundidad dramática y mucho menos carisma. Tampoco líos locos en una carrera alrededor del mundo, como sucedía en la cinta de Edwards.

En suma, Aviones es probablemente el largometraje más flojo de la compañía en años. Se trata de un trabajo indiscutiblemente dirigido al público infantil, y a su favor cabe destacar que los críos disfrutarán de lo lindo con las piruetas en el aire del protagonista. Pero, aún y así, se hubiera agradecido que desde Pixar se hubiesen estrujado un poco más la cabeza en este filme y dotarlo del suficiente empaque con el que convertirlo en algo más que un producto para hacer llenar salas en verano y completar parrilla televisiva.

A favor: el diseño de los personajes

En contra: Que la ves con el piloto automático.