Jackie Chan salva al barrio
por Eulàlia IglesiasEl desembarco definitivo de Jackie Chan en Estados Unidos, donde se había labrado cierta fama a través de sus éxitos del cine hongkonés, se llevó a cabo con esta producción ambientada supuestamente en el peligroso barrio de Nueva York que le da título (aunque se rodó en Vancouver). Chan se integró como un policía recién aterrizado en Estados Unidos en lo que sería una típica película de bandas callejeras de finales de los ochenta, principios de los noventa.
Chan despliega su habilidad asombrosa para las artes marciales para defender el barrio del ataque de una serie de gamberros a los que se sumarán unos más sofisticados y peligrosos traficantes de diamantes. La violencia, por encima de la media de lo que es habitual en el cine de Chan, se compensa con una historia sentimental con niño en cadira de ruedas incluido y buenas dosis de humor amarillo. Pero el goce se concentra en los momentos en que Chan salta, brinca, pega y golpea con una gracia propia del mejor bailarín de danza contemporánea
A favor: el asalto en hovercraft al golf donde juegan los mafiosos.
En contra: los momentos cursis.