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    Con derecho a roce
    Críticas
    1,0
    Muy mala
    Con derecho a roce

    La fórmula de siempre

    por Quim Casas

    Aunque no muy fructífera, Justin Timberlake ya tiene a cuestas una filmografíade más de una quincena de títulos como actor. No siempre sonará la flauta y lecontratarán para papeles de enjundia –el socio de Zuckerberg en 'La red social' o unode los traficantes de 'Alpha Dog' de Nick Cassavetes–, pero ahí está, con produccionesdiseñadas (casi) enteramente para él. Con derecho a roce se basa en varias fórmulas.La primera, pura mercadotecnia hollywoodiense: unir en una comedia romántica ados estrellas o promesas de moda, Timberlake y Mila Kunis, la sorpresa, revelación olo que se quiera de 'Cisne negro', el thriller majara de Darren Aronofsky. La segunda,resucitar por enésima vez, aunque con más sexo, la vieja fórmula de las comediascon Doris Day y Rock Hudson. La tercera, componer un guión –que parte de unargumento coescrito por Harley Peyton, productor y guionista de varios episodiosde 'Twin Peaks', quien lo diría– que sería aplaudido en alguna de las clases maestrasde Robert McKee, con sus puntos de giro perfectamente pautados, sus escenasdramáticamente fuertes –es un decir– y las de relajación, los gags diseminados conmoderación –es una película "seria" sobre el amor y el desamor, sobre las relacionescon sexo o sin él, sobre, en el fondo, la imposibilidad del amor platónico o la relaciónsin emociones y deseos– y los dos o tres personajes secundarios incorporadospor actores veteranos que dan brillo al asunto aunque no dejan de ser digresionestotalmente impostadas: la madre de la protagonista, una nostálgica del sexo libre delos setenta y de la cogorza permanente que encarna Patricia Clarkson; el padre delprotagonista, Richard Jenkins, aquejado de Alzheimer y acostumbrado a quitarselos pantalones en los lugares públicos, y el redactor de deportes homosexual queinterpreta Woody Harrelson, capaz de montar la sesión fotográfica más homo de lahistoria –parece un homenaje a la perversa secuencia de los baños de la hawksiana'Los caballeros las prefieren rubias'– y de desplazarse de Nueva York a New Jerseycada día por el río en una vieja motora.

    Ninguno de los giros sorprende. Ninguna de las disputas entre Timberlake y Kunises inesperada. El final está cantado. Pero, ¿qué importa? Estamos en la comediaedénica de Hollywood, el romance permanente entre jóvenes apuestos, saludables,divertidos y (casi) ricos, el género que nunca cambia de tramas aunque sí deorientación. La subversión alocada y contagiosa de 'La gran aventura de Sylvia','La fiera de mi niña' o 'Las tres noches de Eva' ha caído en saco roto. 'Con derecho aroce es puro caramelo', la comedia americana en un punto naif en el que no están niApatow ni Burns, ni Ben Stiller ni Seth Rogen, ni Katherine Heighl ni Kristen Wiig.

    A favor: Pese a lo tontorrón de sus personajes, la convicción que pone la parejaprotagonista, así como los excesos, dentro de un orden, de Woody Harrelson.

    En contra: El derroche de almíbar, el impostado dramatismo cuando las cosas seponen serias, el guión formulario, el estilo conservador de las escenas de sexo sinmás...

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