El director Frédéric Schoendoerffer y el autor Jean-Christophe Grangé habían estado esperando trabajar juntos durante diez años. Finalmente su colaboración vendría con esta película, que se trata de la adaptación de la sexta novela de Grangé llamada Le Serment des Limbes.
La película fue rodada en tan solo 35 días, con 50 tomas diarias grabadas desde dos cámaras.