EL TIEMPO NO EXISTE
Tengo ciertos ataques de tristeza al recordar que El chico y la garza pueda ser la última película de Miyazaki. Ya se despidió anteriormente con la supuesta última, que ahora es la penúltima. Espero que al menos vuelva a pasar lo mismo con la siguiente, y debería ser mejor que ésta, aunque El chico y la garza sea un muy grandioso adiós. Con sus historias sí me siento en el mismo paraíso que él está con su magnífica imaginación. Es sabia y bella, algo que hoy en día se echa en falta.
1937, Mahito, de doce años, pierde a su madre en un incendio. Todo se vuelve irreal para él, su padre se enamora de un personaje inesperado (se sabe quién és en un momento de la trama), se mudan a una casa rural en Tokyo dónde empezará a viajar en una aventura conmovedora, escalofriantemente esperanzadora y lagrimosa, y junto a una garza, explorando líneas temporales sorprendentes gracias a los casuales personajes aparecidos. Todo con un sentimiento que hace mi corazón vulnerable, y resistente a la vez.
Mis fibras se revolucionan desde lo visual y musical hasta la misma historia y sus emociones, y su reflexivo y sabio guión. En ésta, Miyazaki solo se preocupa por hacer de lo melancólico y lo nostálgico algo de lo que muy poca gente sabe llevar en el día a día, lo transforma todo en una sonrisa esperanzadora y en el buen vivir. En lo más fuerte que nos concede nuestra mente para seguir sobreviviendo, nuestra ciencia-ficción, eso es lo único que al menos sostiene a mi persona.
En lo sentimental y narrativo, Miyazaki se inspira en la novela de Genzaburo Yoshino, la cual todos deberíamos leer. Dónde presenciamos (y nos hace también querer experimentar) un cuento fabuloso, reparador, y de una libertad metafórica inigualable. Todo resulta efímero, pero muy doloroso y profundo, tanto que cuando estás llegando a empatizar con la historia puede hacerte el mismo daño que la pérdida de un ser muy querido.
Pues porque parece que Miyazaki nos esté dando el mensaje de su fin de trayecto sin completar sus últimos sueños. Eso me abruma, me conmueve, me entristece, y me hace ser más fuerte para mi futuro. Me rompe la última frase de la garza antes de desaparecer, al final. Todo se rompe y yo me derrito de la manera más dolorosa posible. Desafortunadamente, todo se desvanece en el mágico y obsoleto poder de la imaginación, algo que se echa en falta hoy en día.
-RICHIE VALERO