Werner Herzog siempre ha estado fascinado por las pinturas rupestres que datan del Paleolítico. El cineasta cuenta que descubrió en un bello libro las de la cueva de Lascaux cuando que tenía doce años. Estas imágenes, además de marcarlo para siempre, le ayudaron a exacerbar su sensibilidad y su curiosidad intelectual. De ahí su voluntad de rodar una película sobre la más antigua de las artes jamás concebidas por el ser humano.
La cueva Chauvet, llamada también cueva Chauvet-Pont-d'Arc o cueva de la Cañada de Arco es una cueva "adornada" (es decir, que contiene testimonios paleolíticos tales como pinturas rupestres).
Se encuentra en Ardèche, al sur de la región Rhône-Alpes. Las pinturas que presenta son particularmente diversas. La cueva fue descubierta en diciembre de 1994 y aportó así, aunque tarde, numerosas informaciones sobre el arte de nuestros antepasados prehistóricos de hace más de 20.000 años. De hecho, las obras contenidas en la cueva Chauvet son dos veces más antiguas que las de Lascaux.
La originalidad de las pinturas prehistóricas permite explotar toda la riqueza de la Cueva Chauvet. Y es que los motivos son de una diversidad sorprendente. Más allá de los caballos que estamos acostumbrados a ver, tenemos a leones, mamuts, panteras, osos, hienas, ovejas, rinocerontes...
La cueva de Chauvet está considerada como un monumento histórico desde el 1995.
Su acceso está protegido y es limitado. Una réplica exacta de este lugar abrirá en 2014 en Ardèche para que pueda ser disfrutada. Es una ocasión de poder descubrir al público los dibujos murales y otras ornamentaciones de esta cueva.
La cueva Chauvet-Pont y sus pinturas espera siempre figurar en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Desde el descubrimiento de la cueva Chauvet, numerosas personalidades quisieron rodar allí. Varios cineastas intentaron obtener autorización para realizar una película. Werner Herzog fue el elegido después de obtener el beneplácito de Frédéric Mitterrand, el Ministro francés de Cultura. El cineasta alemán incluso propuso convertirse en empleado del Gobierno francés para percibir un salario simbólico de un euro para poder hacer la película...
Para acceder a la cueva de Chauvet, Werner Herzog siguió una serie de consignas y requisitos extremadamente estrictos. Acompañado por un equipo de científicos, además de sus técnicos, debió seguir un calendario y realizar las grabaciones entre marzo y abril de 2010.
Herzog no podía desplazarse dentro de las cuevas aparte de por las pasarelas metálicas dispuestas para preservar el entorno. A causa de la atmósfera y de su tasa de dióxido de carbono muy elevado, ninguno podía quedarse más de algunas horas al día en la cueva.
Entre los científicos que aconsejaron a Werner Herzog y sus operadores, encontramos a Dominique Baffier, arqueólogo del Ministerio francés de Cultura y encargado de la vigilancia permanente del emplazamiento histórico; Jean Clottes, antiguo director de investigación de la cueva Chauvet, y autor de numerosas obras sobre el Arte Prehistórico; Jean-Michel Genestre, su sucesor como jefe de grupo en las expediciones a la cueva de Chauvet y experto en arte rupestre. Le debemos, por otra parte, haber coordinado un programa de búsqueda de la cueva de Lascaux. Entre otros miembros del equipo de especialistas, citamos también a Michel Philippe, paleontólogo y antiguo conservador del Museo de Historia Natural de Lyon.
Además rodar en un entorno hostil, Werner Herzog y su director de fotografía, Peter Zeitlinger, decidieron utilizar cámaras en 3D, con el fin de captar mejor los relieves de la cueva y la belleza de los dibujos paleolíticos. Hubo que proceder a modificaciones técnicas para el material preexistente. Herzog y Zeitlinger pidieron equipos europeos, e incluso americanos.
A causa de la erupción del volcán islandés Eyjafjöll, que tuvo lugar durante el rodaje, hubo problemas logísticos que amenazaron con perturbar la producción de la película. Sin embargo, pudo terminarse en las fechas previstas.
El narrador de la película en la versión francesa no es otro que el también director alemán Volker Schöndorff, ganador de la Palma de Oro de Cannes por 'El tambor de hojalata' en 1979, ex aequo con Francis Ford Coppola y su 'Apocalyse Now'.
La cueva de los sueños olvidados fue presentada en el Festival de Berlín 2010.
El mismo año, Wim Wenders presentó su película 'Pina', otro documental en 3D, que no se interesaba por la materia en sí, sino en los cuerpos. Podemos sin embargo ver ambas películas como reflexiones sobre el arte y la creación.