Entre el cataclismo económico de 2008 y los gases del volcán de nombre impronunciable (inténtalo, listillo: Eyjafjallajökull), Islandia está bien servida. Lo bueno es que como la moneda está tan devaluada, no hay nadie en el planeta a día de hoy que no tenga un conocido que ha ido de vacaciones a la isla este verano. En un abrir y cerrar de ojos, Islandia pasó de ser uno de los países más prósperos del mundo a la bancarrota. El director islandés Helgi Felixson nos muestra en este documental, tanto cómo ha cambiado el día a día de personas “normales”, como entrevistas con personajes influyentes como el ex-primer ministro islandés, el propietario de uno de los bancos que hizo fallida o Bjarni Armannsson, considerado el arquitecto del sistema bancario islandés.