Pequeño gran hotel
por Quim CasasLa idea no es nueva. En 1932, el aplicado realizador hollywoodiense Edmund Goulding relató en 'Gran Hotel' las historias de varios personajes alojados en un lujoso hotel. Más allá de los relatos establecidos, lo que verdaderamente importaba era la notoriedad de los actores escogidos, sobre los que recaía la efectividad dramática (y comercial) de la propuesta: Greta Garbo, John Barrymore, Joan Carwford, Lionel Barrymore y Wallace Beery. En 'El exótico Hotel Marygold', ochenta años después, se repite idéntico criterio cambiando el sofisticado hotel estadounidense por un destartalado pero encantador hotel en la ciudad india de Bangalore, la quinta urbe más poblada del país –lo que en el filme de un modo u otro no se nos deja de recordar–, y convirtiendo en auténticas estrellas de la función a un puñado de veteranos y notables actores británicos: Tom Wilkinson, Judi Dench, Maggie Smith, Bill Nighy y Celia Imrie.
Aquí terminarían las comparaciones directas entre una película clásica de Hollywood y un filme británico con acento Bollywood, que ese es el concepto de cualquier producción anglosajona cuando se acerca a tierras indias (véase 'Slumdog Millionaire', la oscarizada cinta de Danny Boyle de la que 'El exótico hotel Marygold' hereda su principal actor, el concursante Dev Patel). Pero la fórmula es muy similar: varios personajes, un escenario central en el que todos aparecen comunicados, historias fragmentadas, acento trágico y algún toque cómico...
Lo que lleva a cada uno de los protagonistas a establecerse en el menos exótico de los hoteles de Bangalore es bastante inconsistente, pero eso no es más que el punto de partida. A John Madden, director que vuelve a encontrarse con algunos de sus actores habituales (Dench y Wilkinson), le interesa lo que pasa a partir del momento en que los personajes, algunos pertenecientes a la tercera edad, otros en la última fase de la madurez, llegan a una ciudad que les fascina, inquieta e irrita a partes iguales, y como la India en general y el hotel en particular les influye en sus venideras experiencias y decisiones.
Como en todo relato coral, de 'Los siete samuráis' a 'Alien, el octavo pasajero', de 'La diligencia' a 'Calabuch' –y el film de Madden, como 'Gran Hotel', es coral–, algunos personajes tienen más fuerza que otros ya sea por la mayor convicción de sus intérpretes o porque el guión les coloca en puestos más privilegiados. Ambas cosas coinciden en las historias de Dench y Wilkinson, la superación emocional de ella y el reencuentro con el amor de juventud de él; dos experiencias y dos interpretaciones que se meriendan sin problemas a las del resto de relatos y actuaciones de la película.
A favor: la labor de todos los actores, especialmente Dench y Wilkinson, porque son los mejores y porque sus personajes tienen más envergadura.
En contra: el tono turístico, la resaca de Bollywood, el actor de 'Slumdog Millionaire'.