Opiniones sobre El show de Truman (Una vida en directo)

IMPRESIONANTE,INCREIBLE UN 10,realmente una de las mejores peliculas de la historia del cine,original hasta decir basta,jim carrey,bueno,que se puede decir de este genio,el guión tan divertido como ingenioso,tan original como sincero,tan entrañable como enternecedor,Una obra maestra del cine,te hace sentir,te hace pensar al comenzar y al terminar,te transmite sentimientos.Una pelicula que recordarás,una pelicula.....esta pelicula es sinónimo del verdadero cine.

Si en mi vida solo tuviera la oportunidad de ver 3 peliculas,esta sería una de ellas,de las que terminas dando las gracias al terminar.

Con este tipo de peliculas tan increible solo puedo decir,deja de leer mi comentario y ve la pelicula otra vez

"El Show de Truman" es una interesante crítica social a los medios de comunicación, en concreto la TV, a cargo del director australiano Peter Weir. Planteando una sociedad futurista en la que una entidad omnipresente y omisciente velaba por las necesidades y seguridad de la gente, manipulando la información a su propia conveniencia, practicando la vigilancia masiva y la represión política y social. Las sociedades represoras y totalitarias siempre habían llevado a cabo, sólo que en aquellos años aún no lo hacía de forma silenciosa o velada, a través del entretenimiento televisivo. El guión parte de la base de dos conceptos de sociedad artificial. En primer lugar, desde el creado por John de Mol tomando el nombre precisamente de la novela de Orwell, donde ese ente controlador, que gobierna a Oceanía, se hace llamar de esa forma. Irónicamente, utilizaría el nombre para dominar una nueva experiencia televisiva, que tenía por objeto encerrar a un grupo de personas y filmarlos durante día y noche para observar las reacciones de su obligada interacción con otros y el impacto del encierro en su comportamiento. El formato actual terminaría por ser modelado ya en 1999, después del estreno del film y para ello, las productoras ofrecerían dinero o algún premio al ganador, de manera que diera lo mejor de sí para aguantar literalmente el encierro.

A partir de entonces, el espectador se vería bombardeado y enajenado por los llamados realities shows, una clase de show televisivo donde el espectador satisface su afán voyerista y morboso in extremis, acaso una clase de experimento psicológico comercial que no busca sólo someter a una persona al encierro para entretener a un espectador, sino también someter al espectador a una suerte de dependencia enfermiza por observar y conocer los detalles personales del protagonista. La interacción indirecta que se da, entonces, entre protagonista y espectador resulta digna de ser estudiada, porque críticamente expone un tipo de comportamiento psicológico en una sociedad que gusta de espiar qué hace el de al lado. En consecuencia, el guión básicamente lleva el concepto de reality show al extremo, en donde el protagonista es el único que no sabe que está siendo monitoreado desde que nació y que lo que parece ser no lo es. Todo lo que Truman conoce es artificial en el sentido completo del término: la ciudad es artificial, actúa como una inmensa isla decorada, con calles y avenidas, edificios y casas, vehículos y medios de transporte, bancos y supermercados, TV y radio. El set, obra de Nancy Craigh, es tan grande que está cubierto por una inmensa cúpula, con sol, firmamento y mar artificiales propios, y le permite a su director, controlar incluso el clima y decidir la duración del día y la noche.

Más aún, las personas que lo rodean son todos actores, que aparecen y desaparecen de acuerdo a un guión e improvisan cuando sea necesario hacerlo, en pos del siempre anhelado rating televisivo. Así, desde mejor compañero de trabajo y amigo, pasando por sus padres y su esposa, Truman cree tener relaciones y una familia, que en realidad no existen. Para controlar incluso su sentido de curiosidad y exploración, Kristoff “asesina” a su padre y ha construido una sensación de abandono en Truman en caso de que éste se atreva a cruzar el puente que une la isla con la ciudad. Lo interesante del filme es que propone el voyerismo como una clase de pornografía, en el sentido esencial del término, que es sentir placer al ver a otro experimentar placer. Es cierto que el término en la actualidad se relaciona más con consumir visualmente relaciones sexuales de otros, pero en la práctica no deja de ser original que se le adjudique una esencia algo sucia al comportamiento voyerista de un público que lleva espiando a un hombre toda su vida. El espectador deja de ser persona para vivir a través de Truman, sintiendo placer por los logros y éxitos del protagonista, y sintiéndose triste o molesto en caso que la nostalgia o las frustraciones invadan a Truman. El film es elocuente en este punto, gente sin vida o, más bien, sin emociones propias, como las amigas ancianas, la gente del bar o aquel hombre que toma siempre un baño de tina.

Las actuaciones son geniales, Jim Carrey regala una de sus interpretaciones más “serias”, siendo por momentos realmente conmovedor, sobre todo cuando se da cuenta de todo y decide que su vida, aunque artificial para los demás, al fin y cuentas le pertenece. Por su parte, tenemos a Ed Harris como Kristoff, el director y responsable del programa de TV, quien siente que la imagen y vida de Truman le pertenecen, porque es un producto que él creó. Natascha McElhone es Lauren, una actriz del programa que se arrepiente de participar de todo esto y hace todo lo posible por hacer que Truman se dé cuenta, convirtiéndose en su interés amoroso. Laura Linney, Noah Emmerich, Holland Taylor, Paul Giamatti, Adam Tomei y todo el resto del reparto están bastante correctos.

En definitiva, una película que te invita a reflexionar sobre qué camino está siguiendo la humanidad. Un gran guión en el que se dan cita multitud de preguntas sobre la existencia. Multitud de planos poderosamente geniales. La fantástica realización. El trabajo de todos los actores, destacando el de Jim Carrey que está soberbio, El balance entre lo cómico y lo trágico es realmente bueno y poco a poco va atrapando hasta hacerte empatizar con el protagonista. El fabuloso final, perfecto para una cinta de este estilo. La crítica a la televisión y el hecho de vernos reflejados con los espectadores. Cómo consiguen que el público reaccione ante lo que sucede en pantalla, sintiendo asco hacia los pocos escrúpulos de los productores al jugar con los sentimientos y miedos de Truman y compasión y esperanza ante las esperanzas de éste de ser libre.

Por donde empiezo? Es inteligente , es original, tiene un gran mensaje, esta genial dirigida , el guion es buenísimo y Jim Carrey hace el papel de su vida.

Es una película que nos transporta al pasado, a las tragicomedias griegas en donde tanto el drama como la comedia están equilibradas en la balanz

En cuanto a los actores, sin lugar a dudas es la mejor película de Jim Carrey. Y Ed Harris hace un papel excelente que no muchos serían capaces de hacer

Fantástica película. Original, entretenida y conmovedora. Es una crítica al pensamiento existencialista vigente en la sociedad posmoderna de hoy en día. El personaje principal nos plantea las tres preguntas: Quienes somos? De donde venimos? A donde vamos?... Weir demuestra una profunda sensibilidad a la hora de tratar estas cuestiones como lleva haciendo a lo largo de toda su obra.

Una película apasionante. El principio es un poco raro, pero mientras avanza la película descubres su verdadera esencia.

ES UNA PELICULA QUE PARA MI ES DE LAS MEJORES DE JIN PERO BUENO SU ACTUACION ES LO MEJOER EN ESTA PELICULA DAMMMMMM

Es estupenda.
La profundidad de esta película es inmensa cuanto mas la ves mas cosas aprendes. En mi opinión la actuación de Jim Ca
rrey es magnífica. Es una de esas películas que tienes que ver obligatoriamente.

Buenos días, buenas tardes y buenas noches :)
Simplemente una de las mejores películas que he visto.

En los últimos años, la mayoría de estas películas han tratado sobre los medios de comunicación, de una forma u otra, lo que no resulta sorprendente.
Tampoco es sorprendente la idea básica de El show de Truman.
Habría que haber muerto hace diez años para no entender que los imperativos comerciales de los medios de comunicación han cambiado la relación entre la información y el entretenimiento en la vida de la mayoría de las personas.
Pero la película de Peter Weir está tan inteligentemente concebida y brillantemente ejecutada que casi parece una idea nueva.
Y aunque no sea así, constituye la base de un ejercicio muy ingenioso.
Andrew Niccol (el guionista) inserta hábiles toques satíricos (como el uso de la colocación de productos en la transmisión en tiempo real) y encuentra explicaciones ingeniosas para la mayoría de las posibles inverosimilitudes, incluido el hecho de que en todos sus 30 años de vida, Truman nunca se ha aventurado a alejarse de este pequeño refugio de paz, prosperidad y prístinas casas de madera: una especie de Knots Landing sin adulterio, violencia ni desempleo.