Atrapada en el acto de cubrir la profesión de su señora -trabaja como bailarina exótica-, una joven doncella debe someterse a su sadismo y lujuria. Su perfecto cuerpo, hecho para el teatro, le sirve para la recreación en las lecciones de Seven Deadly Sins. La señora es una experta en la técnica del tormento sexual, castiga a sus sirvientes con una combinación desconcertante y toxica de placer y dolor. Juntos se dedican a violar todos los principios de la virtud. El sadismo de la señora se corresponde con los castigos que las criadas reciben.