El director Cédric Kahn reconoce no haber escrito el guion pensando en los actores: "Pienso más bien en personas de la vida normal, no en actores", nos cuenta. Además, añade que Leïla Bekhti, protagonista de 'Una vida mejor', es "la Isabelle Adjani de la nueva generación".
Aunque a Guillaume Canet le gusta interpretar a personajes decaídos y desesperanzados, aceptó participar en 'Una vida mejor' para entender la complejidad que puede tener educar a un niño. Muy alejado de la nueva versión de 'La guerra de los botones', es la primera vez que el actor mantiene un "tour de force" tan intenso con un niño en la pantalla.
Guillaume Canet recordará especialmente el rodaje de 'Una vida mejor' debido a los lugares de intenso frío en los que se localizó la acción, pero sobre todo por trabajar junto al niño Slimane Khettabi.
Después de haber practicado la comedia ('Tout ce qui brille', 'Itinéraire Bis'), Leïla Bekhti aborda aquí un personaje en un registro mucho más dramático: "Ha sido muy regocijante para mí interpretar papeles tan opuestos a como yo soy en mi vida cotidiana; cuanto más diferente, más feliz me siento en la piel del personaje", afirma la actriz.
Así como ocurrió con el operador jefe y director de fotografía, Cédric Kahn le dejó mucha libertad a la guionista Catherine Paillé y al montador Simon Jacquet. Sin embargo, esto no ocurrió en sus anteriores películas: "Era más controlador, vivía angustiado permanentemente y necesitaba que todo saliera bien. Me di cuenta de que no estar tan encima puede ser muy productivo, sobre todo porque me libera y me hace más feliz", comenta el director.
Después de haber dirigido, entre otras, 'Tedio' (1998), 'Roberto Succo' (2000) y 'Les regrets' (2008), Cédric Kahn apunta con esta película hacia otra nueva dirección: "La película salió de mí, de forma muy personal, me permitió abandonar un territorio secreto", explica el director de 'Una vida mejor'.