La princesa guerrera
por Diana AlbizuEncuadrada junto a 'Hércules' (1997) y 'Tarzán' (1999) dentro de la "trilogía pop" que terminaría por clausurar la época conocida como el Renacimiento Disney (1989-1999), esta adaptación de la leyenda china de Hua Mulan (una chica joven que se disfraza de hombre para ocupar el lugar de su anciano padre en el ejército) fue también una recuperación por todo lo alto del registro épico dentro de los largometrajes de la compañía, más centrados en romances, comedias y relatos sobre la familia en los años anteriores. No es que todo eso no esté presente en la película de Tony Bancroft y Barry Cook, pero tanto la historia de Mulan como todos los recursos visutales están más enfocados hacia la aventura pura, ambientada en la China de la dinastía Han y plagada de guiños y referencias a la cultura oriental.
Frente al detallismo naturalista y casi obsesivo de títuos como 'El rey león' (1994) o 'El jorobado de Notre Dame' (1996), el aspecto visual de 'Mulan' apuesta por unos diseños de personajes y escenarios más sencillos y bidimensionales para acercarse a la paleta de acuarelas de la pintura china tradicional. La habitual colección de secundarios graciosos destinados a desengrasar el camino de la heorína están particularmente contenidos (mayor mérito teniendo en cuanta que Eddie Murphy se encarga de interpretar a uno de ellos, el pequeño dragón Mushu), haciendo que, pese a su aguada y autocensurada revisión del papel asignado a la mujer, la película merezca un lugar propio entre los grandes clásicos de Disney.
A favor: Épica de primera y, por supuesto, la música del maestro Jerry Goldsmith.
En contra: Por mucho que guerree, Mulan no deja de ser una princesa Disney más.