“Martyrs“, la francesa de Pascal Laugier, puede que sea la película (una de muchas) más brutal, atroz y perturbadora que haya visto. Es oro puro, básicamente. Una pieza esencial para los fans del terror y el suspense que disfruten del lado más gore del género. Cuando me enteré que Blumhouse americanizaría el título, me supo a gloria, sinceramente. Pero cuando llegaron las primeras críticas desde todos los festivales donde se presentó, que pego un bajonazo absoluto. Pues bien, esta es otra muestra de que nunca (¡NUNCA!) debes dejarte guiar por las opiniones de los demás. Deben servir como opiniones de terceros, pero nunca (¡NUNCA!) creerte nada ni dejarte llevar por las mismas. Tu opinión personal es la que más cuenta. Y la mía sobre el remake de “Martyrs” es que no me ha dejado en absoluto indiferente. Ya lo he dicho.
Si es cierto que si comparamos el original con el remake, el original queda muy pero que muy lejos, pero como película independiente (para los que no hayan visto la francesa) vale mucho. Esta versión está mucho más destinada al público medio de este tipo de género. Es muchísimo más comercial (esperemos que a esta no le pase como a la original que ni siquiera llegó a España) y sobre todo más descafeinada que su predecesora. Tiene una historia mucho más rápida, más directa. Aún así tenemos varias escenas de relleno en una iglesia que no valen para nada, pero por lo demás, va directa al grano. Desde luego si no has visto la original, ésta puede que te encante. Si has visto la original y amaste “Hostel”, pero aún más, amas a Blumhouse, puede que también te encante. Sin embargo, si amaste la original y no te va demasiado lo comercial y americano, no pierdas el tiempo.
Lo bueno (o lo malo, eso ya no lo sé) de que esta historia haya sido llevada al territorio americano, es que conociéndoles, seguro que tenemos segunda, tercera, cuarta y saga para rato. Qué le vamos a hacer, mientras siga llevándolas Blumhouse, bienvenidas sean.
Lo mejor: la rapidez del conjunto.
Lo peor: que este tan infravalorada.