Jennifer Cullen (Brooke Burns) es una madre soltera que vive continuamente sumida en el estrés, que vive con su hijo Brian (Connor Levins) de 8 años en un bonito barrio residencial. El plan es pasar unas navidades tranquilas junto a su pequeño y su repelente y pretencioso novio (Woody Jeffreys), pero la familia decide que, ese año, las Navidades van a pasarlas con la joven independizada y a si ver si todo va bien y es feliz. Pero su espíritu navideño se despierta cuando su excéntrico tío Ralph (Henry Winkler), un oficial de policía retirado, viene de visita cargado de buenas noticias… y un apuesto extraño llamado Morgan Derby (Warren Christie), al que el tío Ralph invita a pasar la noche con ellos al verle atrapado en el aeropuerto sin posibilidad de reunirse con los suyos. Al principio, Jennifer es muy reticente, pero el tío Ralph, como siempre, la convence.
En seguida Morgan hace migas con Brian, y la estrecha relación entre ellos llamará la atención de Jennifer, que comienza a sentir cosas que jamás hubiera imaginado en fechas como esta.
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