Cine en la periferia
por Rodolfo SánchezTras su debut en la inteligente Familia, Fernando León de Aranoa rodó Barrio película que marcaría su trayectoria por encima de su ópera prima, abandonando el retrato alegórico de la familia y, en cierta medida, de la sociedad por el acercamiento a ciertos aspectos de esta mediante el realismo social más puro y directo.
Aunque siempre con algún que otro elemento interesante (cada vez menos), su cine pretende ser una suerte de canto a las injusticias, loable función pero que no acaba nunca de cuajar del todo debido a su constante subrayada, a su falta de matización y a una apuesta formal bastante caduca. Sin embargo, en Barrio logro su mejor obra posiblemente gracias no tanto a lo que narra (la puesta en escena sigue siendo algo esquemática y poco sutil: y el guion, exactamente lo mismo) como a aquello que vamos viendo alrededor la historia. Su retrato urbano resulta revelador para adentrarse en zonas en las que el cine normalmente no suele acercarse, del mismo modo que a nivel humano nos acerca a una realidad tan tangible como, en ocasiones, obviada.
El problema es que la historia de estos jóvenes perdidos en un verano en Madrid apenas acaba enganchando al transmitir la sensación de que se trata, en realidad, de una simple excusa para denunciar ciertas injusticias. León de Aranoa parece no darse cuenta que no es suficiente con señalar, sino que hay que narrar, y que aunque los márgenes nos hablen de lo que sucede, el centro se desvanece poco a poco hasta no importar en absoluto.
A favor: El retrato humano.
En contra: Que la historia no llega a importar demasiado.