Estamos en 1789, en los días previos a que se desencadene la Revolución Francesa. París vive sus días más tumultuosos y las calles están llenas de agitación y desasosiego, como si se tratara de una olla exprés a punto de estallar. Sin embargo, la corte de Versalles continúa ajena a todo, suspendida en sus ritos habituales, derrochando ...