Mari (Marina Vlady) regenta pensión para chicas con problemas. Allí conoce a Juli (Lili Monori), una joven casada que huye de su matrimonio con un alcohólico incontrolable que ha traído a su hija pequeña con ella. Aunque las normas de la casa no lo permiten, Mari hace una excepción con Juli. Ambas mujeres se sienten desesperadamente insatisfechas: Mari tiene por marido a un hombre sin ambiciones y Juli sigue amando a su marido, aunque reconoce que es una persona con la que no puede seguir viviendo. Las dos acuden la una a la otra en busca de consuelo, y cada una de ellas adquiere una visión necesaria de su propia vida al ver las luchas de la otra.