UN ANDROIDE CON ALMA Y SENTIMIENTOS
El cine ha tratado el tema de la inteligencia artificial en numerosas ocasiones, desde el periodo mudo con clásicos como "Metropolis" (Fritz Lang, 1927), pasando por brillantes exponentes del género, como "2001, Una odisea del espacio" (Stanley Kubrick, 1968), o "Inteligencia Artificial" (Steven Spielberg, 2001), hasta ejemplos más actuales, como la recomendable "Her" (Spike Jonze, 2013) o la fallida "Trancendence" (Wally Pfister, 2014); sin embargo, la gran mayoría de los títulos que comparten este tema, lo utilizan como punto de partida para desarrollar una trama de acción o ciencia ficción, dejando de lado el proceso de creación del robot y su desarrollo cognitivo.
El director sudafricano Neill Blomkamp, apoyándose en este concepto y en su experiencia en el género, nos presenta "Chappie", su tercer largometraje tras las cámaras, en el cual nos presenta una historia ambientada en una distópica ciudad de Johannesburgo, en el que la policía decide utilizar robots blindados en un esfuerzo por erradicar el alto índice de criminalidad en la ciudad. Cuando uno de esos androides es secuestrado por dos criminales durante su creación, automáticamente se convierte en la "criatura" adoptiva de una familia tan inusual como disfuncional, teniendo como características principales un talento excepcional y sentimientos humanos.
Blomkamp desarrolla la historia desde un punto de vista nostálgico, con referencias patentes al cine y cultura de la década de los ochenta, con una premisa que comparte algunos lazos en común con clásicos como "Robocop" (Paul Veroheven, 1987), "Cortocircuito" (John Badham, 1986) o "E.T. El extraterrestre" (Steven Spielberg, 1982); aunque poseyendo personalidad propia, sin ser un mera repetición de las formulas narrativas antes citadas, y adaptándola a los cánones que rigen en la actualidad.
Para encarnar al entrañable robot, el realizador sudafricano ha contado con la inestimable interpretación de su actor fetiche, Sharlto Copley, que enfundado en un traje, dota al personaje de la "humanidad" y personalidad necesaria. Cabe destacar también, que los pandilleros que desempeñan la función de padres de Chappie (Yolandi y Ninja), son los miembros de la banda sudafricana de rap, "Die Antwoord", quienes tienen los mismos alias y son pareja en la vida real; de igual modo que la ambientación en los suburbios de la capital sudafricana y la brillante factura técnica (sobretodo en el diseño de los androides y su última media hora).
Por contra es necesario indicar que está bastante desaprovechado el talento de actores como Hugh Jackman, que construye un villano de 'tres al cuarto', y sobretodo Sigourney Weaver, en la cual su personaje está relegado a un segundo plano.
En conclusión, "Chappie" es una película notable, con una premisa con alma, sentimiento y moraleja, un interesante y sentido homenaje al "Robocop" clásico, que supera con creces al insulso remake realizado hace un par de años y que está a 'años luz' de la soporífera "Transcendence".