Opiniones sobre Los colores de la montaña

Manuel, 9 años, se pasa el tiempo dibujando los colores de la montaña: verde, azul, un poco de amarillo. El paisaje, el de los Andes colombianos, es muy bonito. Si no, Manuel juega al fútbol con sus amigos y a veces ayuda a su padre a ordeñar la vaca. Un día, una cerda muere al estallar una mina. Y los chicos dejan escapar el balón, ahora fuera de alcance, en una tierra de nadie peligrosa. Los colores de la montaña es una película a altura de niño, otra visión de un conflicto de violencia extrema en Colombia entre guerrilleros y paramilitares. Con pequeños toques, Carlos César Arbelaez, que firma su primera obra de ficción, acerca esta guerra sucia a juegos de niños. Los rancheros, que no pidieron nada más que seguir viviendo en paz, tienen que elegir su bando. La única alternativa: irse o morir. Arbelaez es un documentalista que contrató a actores aficionados, la película sufre un poco de esto, la puesta en escena no es para nada excepcional. El hecho de haber elegido la sencillez, de dejar la violencia fuera de campo, hasta cierto punto, le otorga todo su interés. No se trata de una obra maestra cinematográfica sino de una película sincera y que no tiene más ambición que la de contar la vida cotidiana de un pueblo condenado a morir, en la falda de una montaña que se cubre de un nuevo color: el rojo."

Si estas en medio de un conflicto, por mucho que lo trates de evitar formas parte de él y debes vivir con sus consecuencias. La dificultad se agrava, cuando encima eres niño, y observas que no se trata de un juego, sino de algo más serio.

Este largometraje es para gente amante de reflexionar después del visionado. Realmente en la sala, el domingo de su estreno aquí en España habíamos poca gente, ya de por sí la sala era pequeña.

Cine minoritario, que basa su fuerza en el guión y en las localizaciones, en este caso en los montes colombianos. Protagonizada por actores naturales.

Premiada en varios festivales, entre ellos el de San Sebastián.

Aquí tenemos una película muy bonita, original y muy bien rodada, los niños son excelentes. En una época en la que nos colman con grandes producciones americanas, es necesario ver este tipo de película. Lo recomiendo

Si crees que la infancia es un momento privilegiado de la vida, si crees que la guerra es un horror, ve a ver esta película... Es la dosis justa del mundo de la infancia y del mundo de los adultos, de la poesía y de la guerra. Con un guion simple, unos niños que quieren recuperar un balón en un campo de minas, la película ofrece una emoción y un mensaje que no te van a dejar indiferente, como estos niños que intentan resistir a la guerra mientras pueden, divirtiéndose, pero la guerra terminara por alcanzarles... La película ha sabido encontrar un auténtico equilibrio entre inocencia y política, y es, sin lugar a dudas, una sorpresa muy agradable. La recomiendo, aunque a veces el tono infantil puede desconcertar

Muy hermosa pelicula ! Todo esta bueno : los actores, la fotografia, la musica, el ritmo...

"El color de la montaña" es la historia de un conflicto visto a través de los ojos de un niño: Manuel. Película muy, muy bella. Manuel, muy entrañable, ve la guerra todos los días. Él sólo quiere recuperar su pelota, es lo único que tiene en la mente. Es una experiencia muy conmovedora, abrumadora y una fuerte crítica a la guerra en general que, además de quitar vidas, rompe otras.

La situacion colombiana vivida por los ninos, muy rico, muy fuerte.

“Los colores de la montaña” es una película colombiana de género drama, estrenada en el año 2010, dirigida por Carlos Arbeláez y protagonizada por Hernán Mauricio, Genaro Aristizábal y Luis Sánchez.
En la historia se cuenta la realidad del conflicto armado colombiano, desde el punto de vista de Manuel, un niño criado en el campo, que, junto con sus amigos, vive y sufre la cruel realidad de la violencia y en la que poco a poco va mostrando, inocentemente, cómo esta realidad afecta la vida de su familia y las personas cercanas a él.
Esta película muestra y hace trascender cada emoción del protagonista. Definitivamente han logrado mostrar de manera original, objetiva y puntual, la realidad que se vivió en el territorio colombiano y que fue negado por un largo período de tiempo. La crueldad de la guerrilla y los paramilitares y el cómo este conflicto afecta a personas que han trabajado su tierra y que, tristemente, tienen que abandonarla por miedo a ser asesinados. Ha transmitido la desesperanza e impotencia desde la ignorancia y pureza de la niñez, en la que los niños sólo buscaban la diversión en el fútbol y la escuela, pero no les era posible.
El paisaje y entorno en el que se ha grabado probablemente no pudieron ser mejores, las tonalidades inmensamente variadas de la basta naturaleza colombiana se mostraron de una manera espléndida, entendiendo que, a pesar de la terrible realidad, había una belleza que no se podía borrar y que el protagonista quería plasmar, tal vez de esa manera, saliendo de su realidad o entrando a una mejor.
Es una película recomendada a todos aquellos que se quieran acercar a la atrocidad que se vivió, y aún se vive, en Colombia, que quiera aprender de la historia que murió muchas veces con aquellas personas y en donde se podrá encontrar la empatía con aquellos pequeños protagonistas que sólo buscaban ser felices en medio de todo.