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    Proyecto Nim
    Críticas
    2,5
    Regular
    Proyecto Nim

    Mi vida como un simio

    por Carlos Losilla

    He aquí una película sobre la que parece que solo se pueda decir una cosa: una-implacable-requisitoria-contra-el-comportamiento-humano-respecto-a-los-animales. En efecto, 'Proyecto Nim' cuenta la historia del chimpancé del título, adoptado por una familia de "hippies ricos", tal como se dice literalmente en un momento dado, con el fin de enseñarle a comunicarse con los humanos y luego convertido en juguete roto que pasa de mano en mano, de institución en institución, claramente perturbado por la experiencia. Desde este punto de vista, no hay salida posible para el crítico, de modo que cualquier objeción podría ser interpretada, en estos tiempos de corrección política, como una muestra de desprecio hacia eso que se llama hipócrita y pomposamente "los derechos de los animales". Pues bien, nada diremos al respecto, pero una pregunta surge de todas esas imágenes: si esa es la única intención del director James Marsh, ¿no puede parecer la apuesta, como mínimo, un tanto limitada y aún más tramposa al proponer un tema y un tratamiento contra el que nadie se puede oponer so pena de ser tachado de insensible o aun cosas peores?

    Por supuesto, Marsh (responsable de otro documental anterior de éxito, 'Man on Wire', de 2008) no es tan ingenuo como todo eso, y su estrategia adopta un inteligente punto de partida. Primero, su película será la historia de Nim contada por un reparto coral, por las personas que interactuaron con él durante toda su vida. Y segundo, la estructura escogida va más allá del documental para entrar en el territorio del melodrama con buenos y malos, de la historia del ascenso y caída del chimpancé, visto como un héroe trágico condenado a la soledad y el abandono. Eso no aporta demasiada originalidad al tratamiento del género, pero permite plantearse una serie de cuestiones que lo ponen en duda. Algunos de los que tuvieron un mayor protagonismo en la vida de Nim son interpretados por actores, y ciertas imágenes que se presentan como "auténticas" podrían pertenecer a cualquier documental sobre chimpancés o incluso otros asuntos. Ello no pretende restar credibilidad al trabajo de Marsh, sino admirar su habilidad a la hora de elaborar ese hipotético patchwork que quizá solo exista en mi imaginación. Pero ¿alguien puede certificar lo contrario confrontado únicamente a aquello que el film deja ver?

    Marsh, sea como fuere, no se atreve a profundizar en todas esas contradicciones, y 'Proyecto Nim' acaba siendo lo que parece: un documental correcto, de factura impecablemente clásica, y con todos los tópicos que pueden añadirse al caso. ¿Que transcurre en los 70? Pues disfracémoslo de retrato de algunas de las más extravagantes utopías del periodo. ¿Que luego se adentra en épocas más oscuras de la historia de Estados Unidos? Pues otorguémosle una tonalidad más sombría y un aire de decadencia que contraste con la ligereza inicial. Así, la aventura de Nim podrá considerarse un retrato del país, de sus obsesiones y sus paranoias, como si el pobre chimpancé actuara a la manera de metáfora de más de 25 años de caída libre. No tiene la entidad suficiente para eso, y por lo tanto uno puede divertirse, emocionarse, irritarse e incluso indignarse con las andanzas del simio en cuestión, pero poco más. Hubiera sido necesario alguien como Wener Herzog para otorgarle más ambigüedad, más mala uva, más ironía y, sobre todo, más complejidad.

    A favor: su tono novelesco.

    En contra: sus conservadurismos de todo tipo.

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