Crímenes y castigos
por Manuel YáñezAunque suene a disparate, el planteamiento inicial de la coproducción hispano-colombiana 'La cara oculta', de Andi Baiz, trae a la mente una película de Preston Sturges, maestro de la comedia clásica americana. El filme en cuestión llevaba por título 'Infielmente tuya' (1948) y estaba protagonizado por Rex Harrison, en la piel de un director de orquesta que elucubraba con la posible infidelidad de su esposa. En 'La cara oculta', el hombre de la batuta es Adrián (Quim Gutiérrez), a quién encontramos abatido tras ser abandonado por su novia (Clara Lago). Para mayor sorpresa, las similitudes no terminan ahí. La película de Sturges, injustamente considerada una obra menor en su carrera, arrancaba como una comedia para luego navegar por los territorios del cine negro y el drama: un ingenioso juego de promiscuidades de género. Pues bien, el planteamiento de Baiz no es demasiado diferente, aunque en su caso el punto de partida es el thriller con aliento terrorífico, con más de un guiño a Hitchcock, y el destino final el melodrama sentimental (es preferible, por el bien del espectador, no dar demasiados detalles acerca de cómo se produce esta transición entre géneros).
Baiz utiliza este trasvase de registros para dar una curiosa vuelta de tuerca al subgénero de "casas encantadas", al tiempo que elabora un rompecabezas narrativo instalado en la claustrofobia física y sentimental, un poco en la línea de la irregular 'El habitante incierto'. De hecho, la aflicción de los personajes marca el tono emocional de una película en la que el trío protagonista -que completa la colombiana Martina Garcia- se reparte los crímenes y castigos de una función que tiene mucho de teatro de la crueldad y el sufrimiento (sobre todo femeninos). En todo caso, no vale la pena tomarse demasiado a pecho la vertiente dramática de una película que encuentra su mejor baza en la precisa geometría del relato. El problema crónico de las producciones españolas a la hora de insuflar autenticidad a los diálogos no encuentra aquí una solución, a pesar de que el director es colombiano. En resumen, cabría apuntar que, visto como un elegante y juguetón experimento narrativo, al que le sobra algún que otro giro, 'La cara oculta' cumple con sus humildes aspiraciones. Que no es poco.
A favor: El interesante e impuro trabajo con los géneros cinematográficos.
En contra: Algún efectismo que rompe innecesariamente la sobriedad del filme.