Estamos ante la típica comedia romántica, donde el protagonista, una antigua estrella del fútbol, despreocupado y mujeriego, decide dejar atrás esa vida y centrarse en recuperar a su familia. En ese sentido, la película funciona, pero resulta que las mujeres que se disputan la atención del futbolista son Jessica Biel, Uma Thurman y Catherine Zeta-Jones, entre otras, todas bellas actrices de gran talento y la sensación que tienes es que podían haber dado más y no limitarse a lanzarse a los brazos de Butler nada más conocerle. Lo mismo sucede con el personaje de Dennis Quaid, el benefactor del equipo y marido de Uma Thurman, en un papel muy parecido al que interpretó en "Qué esperar cuando estás esperando".
Gerard Butler, derrochando carisma, juega bien sus cartas como la estrella del deporte venida a menos, Jessica Biel se muestra muy convincente como la ex que todavía siente algo pero se niega a admitirlo pues ya ha rehecho su vida. Resulta raro ver a Uma Thurman en el rol de una burguesa ama de casa, genial Catherine Zeta-Jones, seductora y manipuladora y una neurótica Judy Greer, torpe y divertida.
El responsable de la película es Gabriele Muccino, al que asociamos más con dramas sensibles que con comedia romántica y ese puede ser el fallo principal de Un buen partido, que no tiene un género bien definido, no termina de ser un drama familiar centrado en recuperar la vida familiar perdida, ya que de pronto se convierte en una comedia de enredo mostrando a unas madres ansiosas de nuevos hombres, usando todas las armas a su alcance para acercarse al entrenador, para volver a ser un melodrama en la relación padre-hijo y de nuevo comedia sin llegar a equilibrar bien todas las partes.