¡Un aplauso para Tom Hooper! Ha demostrado mucha valentía enfrentándose a una obra muy arriesgada de estas características y es que, "Los Miserables", es "el musical" por excelencia. Aunque son muchos los que critican su forma de dirigir y filmar, probablemente porque aprecien más el resultado visual que el emocional o porque no se sientan atraídos por el género musical, Hooper está marcando una personalidad propia difícil de acentuar cuando se dirige una superproducción. Personalmente, el uso de los primeros planos y la manera de innovar grabando las canciones en directo ha sido espectacular y, a pesar que las situaciones de los musicales carecen de credibilidad, el director ha sabido aportar muchísima verosimiltud.
Lo que nadie puede refutar es que Tom Hooper es un director de actores. Si con "El discurso del rey" ya consiguió unas interpretaciones excepcionales de Colin Firth, Helena Bonham Carter y Geoffrey Rush, con "Los Miserables" consigue un resultado coral aún mejor. Hugh Jackman aprovecha la película para hacerse su propio espectáculo. Interpretar al ex-convicto Jean Valjean es una tarea difícil pues es un personaje que atraviesa muchas etapas y estados emocionales diferentes, además de vivir en diferentes estados sociales y políticos. Se encarga de llevar la película con una intepretación perfecta, la mejor de la película, que logra conmover y te obliga a aplaudir. Además, tiene una potencia vocal con la que consigue interpretar canciones, sobretodo "Suddenly" y "Who am I", de manera sobresaliente. Anne Hathaway entrega su corazón para interpretar a la desgraciada Fantine, y lo desgarra en un trabajo inmejorable. Su "I dreamed a dream" es el momento donde demuestra todo su talento y la escena que adquiere más dramatismo de todo el metraje. Aunque a muchos les ha molestado y a otros tantos les ha gustado, la voz de Russel Crowe me ha parecido muy adecuada para su personaje. Su policia Javert es un personaje imponente y el actor sabe llevarlo por la historia. Aunque en sus primeras escenas se limita a hacer una actuación mediocre, a medida que avanza el film, va escalando peldaños hasta conseguir uno de los mejores momentos de la película (o quizás, el mejor), donde interpreta su última canción. Amanda Seyfried está correcta pero me parece exagerada la promoción que han hecho de su personaje pues aparece muy pocos minutos y la han colocado como una de las protagonistas femeninas. Desaprovecha el papel y, aunque encaja con su voz, su Cosette es una actuación sencillo y poco sobresaliente pero repito, correcta. Eddie Redmayne es la gran sorpresa de la película y la mejor interpretación despues de Jackman y Hathaway. Aprovecha su personaje, Marius, para derrochar todo su talento como actor y cantante. Su grandiosa voz ha sido lo que más ha sorprendido y adquiere toda la atención cuando aparece en pantalla, restando la de sus compañeros. Samantha Barks es la mejor cantante del reparto y su corta pero intensa interpretación encandila hasta brillar con el espectacular "On my own". Y por último, la pareja de los Thénardiers. Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter son los responsables de aportar un punto de comedia a la película. Quizás sobran ante tanto dramatismo, pero hacen contraste de emociones y aportan muchísima personalidad. Además, son los roba-escenas de la película.
El guión ha sido infravalorado pero pienso que es un trabajo brillante pues adaptar un musical de cuatro horas en uno de dos horas y media es difícil. Pero William Nicholson consigue un resultado donde no se obvia ningún acontecimiento importante para la trama. Y la factura técnica es inmejorable. La banda sonora, de Claude-Michel Schönberg, también ha sido poco valorada. Aunque la mayor parte de la película son canciones del musical, los momentos donde no se interpretan y solo hay lugar para la banda sonora son fascinantes. El vestuario, de Paco Delgado, es perfecto: aporta tanto los elementos necesarios para una película de época y, a su vez, consigue piezas adecuadas para un musical. Donde más se aprecia la maestría del vestuario son las escenas donde aparece el matrimonio de los personajes de Baron Cohen y Bonham Carter. El maquillaje también aporta mucha realidad al musical con mucho éxito, pero con mucha complejidad adquirida: el paso por los años, suciedad, heridas, enfermedades, el maquillaje de las prostitutas... Y la fotografía junto a la producción artística, crean una Francia del siglo XIX idéntica a la real, con una belleza visual muy lograda y una decoración insuperable.
En resumen, probablemente esta sea la mejor película del año. Al menos, para el que escribe esto, apasionado de los musicales y el puro dramatismo, sí lo es. Una película, como se suele denominar, "bigger than life" (más grande que la vida), que se vive como un espectáculo épico, magistral, triunfas y, simplemente, perfecto.
NOTA: 10/10