Noir nórdico en manos Hallström
por Israel ParedesEn su regreso a Suecia, el director Lasse Hallström parece, a priori, haberse alejado de las producciones hollywoodienses de las que suele ocuparse –o melodramas de cierta calidad o comedias románticas- para adentrarse en un género poco trabajado por el cineasta durante su carrera como es el thriller; además, mediante una producción pequeña, al menos en apariencia. Sin embargo, tras 'El hipnotista' anida una nada encubierta maniobra de seguir potenciando la moda, tanto literaria como, por extensión, cinematográfica, del noir nórdico, que tan buenos resultados está dando en los últimos años. La presencia de Hallström tras la cámara en esta producción parece responde a un intento de otorgar a la misma de un buen acabado así como de cierto toque autoral, personal, en la puesta en escena. Es decir, lo mismo que suelen pedirle fuera de su país. Por tanto, 'El hipnotista' no es tanto una apuesta por Hallström de alejarse de los estrictos mandatos de producción norteamericana con los que seguramente debe lidiar como de trasladar su profesionalidad a una película que intenta alejarse, consiguiéndolo tan solo a medias, de las constricciones del género para dar forma a una obra diferente.
Así, 'El hipnotista' se abre en dos direcciones. Por un lado al relato criminal, es decir, al thriller y, por otro lado, al drama intimista e individual representado por la familia que sufre el secuestro de su hijo así como por el detective que lo investiga, en ambos casos, exploraciones acerca de la soledad, la familia y la sociedad sueca. Ambas direcciones, evidentemente, se desarrollan en paralelo y conjuntamente y se nutren entre sí, no teniendo, en teoría, sentido la una si la otra. Sin embargo, se produce en 'El hipnotista' un cierto desequilibrio que ocasiona que la trama criminal poco a poco vaya perdiendo interés hasta su más que inverosímil desenlace, creando alrededor de la investigación un buen clima al comienzo pero que paulatinamente va decayendo en intensidad. Mientras que, por su parte, la historia del hipnotista y su mujer van desplegándose y ganando en profundidad, incidiendo en su pasado, en su relación y trabajando a la pareja tanto individual como conjuntamente para acabar entregando una visión de la familia actual –podríamos decir que sueca pero posee elementos demasiado genéricos- y de su indefensión a la hora de defender a sus miembros ante una sociedad cada vez más compleja y enferma. Que el hipnotista sufra de insomnio y deba tomar somníferos para dormir, lo cual ocasiona que sumido en un profundo sueño no pueda evitar que se lleven a su hijo, sirve de metáfora de una sociedad tan enferma como cegada, ensimismada y llena de problemas. No puede decirse que 'El hipnotista' lleve demasiado lejos estos planteamientos, pero sí lo hace lo suficiente como para conseguir que su propuesta sea algo más que un simple thriller –además, bastante mal resuelto-.
Y esto se debe en gran medida al trabajo visual que despliega Hallström, quien evidencia que se mueve mejor en los pequeños espacios, elaborando una puesta en escena en la que el intimismo de las conversaciones acaban poseyendo realmente la tenebrosidad que se esperaba que poseyera todo el relato, a pesar de que la fotografía de la ciudad y del campo sean excelentes, creando unos espacios mórbidos y siniestros sin abandonar la mirada hiperrealista que prevalece en todo momento. Hallström consigue transmitir una atmósfera sombría y sórdida en tanto a que intuimos que bajo esa sociedad de bienestar, asentada y aburguesada, se esconde el mal. Pero, como decíamos, la falta de una correlación en condiciones con la trama criminal, como todo buen noir que se precie, ocasione que la narración quede incompleta. Podría haber sido redonda. Aunque se debe reconocer que el director sueco ha logrado que esa profesionalidad y esa mirada personal que se le requerían acaben imponiéndose, consiguiendo una obra que se alza por encima de sus deficiencias para dar forma a un relato negro por la visión, un tanto desesperanza, de una sociedad realmente tenebrosa bajo su apariencia ideal.
A favor: Su capacidad para trabajar los elementos individuales y su fotografía.
En contra: Que la trama criminal acabe teniendo muy poca fuerza e interés.