Crítica de SensaCine.com para Dancer, Texas población 81: De decisiones vitales

Tim McCanlies tan solo ha rodado tres películas desde su debut en 1998 con Dancer, Texas y siempre, con variaciones, ha mantenido un interés claro por las historias pequeñas alrededor de un grupo de personajes ubicados en pequeñas poblaciones sureñas.

En su primera película el planteamiento es tan sencillo como tópico y funcional, porque nos presenta a un grupo de amigos que desean salir de su lugar de origen una vez han cumplido la edad necesaria pero, llegado el momento, surgen las dudas. Bien narrada y planteada, aunque sin demasiada originalidad, Dancer, Texas es una película de personajes, íntima y basada en los diálogos antes que en la planificación visual pero que resulta agradable de ver a pesar de que ninguno de los conflictos que plantea llegue a interesar más allá de su exposición. Pero hay honestidad y sencillez en la película y un grato deseo de tan solo narrar una historia, lo cual es de agradecer, aunque McCanlies podría haber sido un poco más original y arriesgado en su planteamiento visual.

A favor: Que está bien narrada y es sincera.

En contra: Que no aporta en sus historias nada nuevo.