La casa del director, John Boorman, sufrió un robo en la vida real, entre otras cosas, le quitaron un disco de oro que Boorman tenía colgado en la pared, hecho que le inspiró para incluir la escena en la película.
La película original era en blanco y negro, pero cuando se estrenó en la televisión por cable estadounidense, se emitió en color.