Sácame del paraíso es otra comedia romántica. Otra de esas muchas que no satisfacen plenamente el paladar, pero que tampoco son vomitables. Normal, porque su ingrediente principal es Jennifer Aniston, y aunque la guarnición llamada Paul Rudd no está a la altura, y el resto de platos acompañantes sólo aportan lo que sutiles especias alucinógenas, el conjunto no llena el estómago, pero sacia un poco el hambre.
George y Linda son una joven y entrañable pareja neoyorquina que sucumben ante la crisis inmobiliaria y se ven obligados a recurrir a la ayuda del hermano de éste, un excéntrico empresario de Atlanta con el que no hay demasiada compenetración. En el camino a su nuevo hogar, se alojan en una bonita y escondida casa, donde los habitantes permanentes viven en una especie de felicidad plena, cual comuna hippie de los sesenta, alejados de las preocupaciones materiales y el mundo moderno. Como la convivencia en el hogar del hermano-cuñado no se sostiene, deciden volver a esa comuna, huyendo de un mundo repleto de infelicidad causada por la competencia y la insatisfacción. Al principio, es Linda la que no se adapta y George el que sí lo hace. Y luego, viceversa. Sí, tan previsible que casi asusta. Al igual que alguno de los personajes circundantes, cuya única gracia es ésa, que asustan.
Pero, como hemos dicho, el ingrediente principal está muy bueno, y entra por los ojos al verlo en la pantalla. A eso, le podemos añadir unas palomitas crujientes y recientitas, y que las salas veraniegas están bien refrigeradas, lo que se agradece mucho en estos meses estivales. Poco más que añadir.
http://diarioenred.com/2012/06/sacame-del-paraiso-wanderlust/
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