De hombres y vampiros
por Rodolfo SánchezStephen Norrington, tras la insulsa y olvidable Máquina letal, dirigió Blade película de género fantástica a partir del comic de Marv Wolfman y Gene Colan desarrollado en un mundo en lucha entre vampiros y hombres en el que aparece Blade (Wesley Snipes), un vampiro que no se alimenta de seres humanos y lucha contra los tiránicos vampíricos. A partir de esta premisa, Norrington dirige (por decirlo de algún modo) una película que es puro diseño visual y narrativo para alimentar a los seguidores del comic y del género obviando por completo todo atisbo de desarrollo dramático con cierta sustancia.
Es tópico y no del todo peyorativo en algunos casos decirlo, pero Blade parece un videojuego en el que resulta más importante la acción que los personajes que pululan por la pantalla. Visualmente es todo confuso, errático, casi desesperante. Pero no se le puede negar a Norrington su capacidad para hacer algo de tan poco, aunque ese algo en el fondo no sea más que una película en la que lo truculento queda relegado por lo pirotécnico y lo sórdido por lo ridículo.
A favor: Snipes, insípido pero golpea como nadie.
En contra: Lo poca cosa que en realidad es. Se consume tan rápidamente como se olvida.