Hoy se estrenaba la última de Woody Allen y allí estaba yo viéndola: chulisima, mucho mejor que Vicky C. Barcelona. Graciosa cada una de las 3 historias que, aunque siga tocándose el manido tema de Woody, también contempla otro que es el de la moda o tendencias vanales pasajeras impuesta por los medios de comunicación. Begnini está que se sale como siempre ese tio es un maestro donde los haya. En esta línea diría que Allen como actor no es más que divertido pero no gracioso, pero tan sólo con verle en la pantalla ya me agrada. Posiblemente os suceda igual a vosotros si veis la cinta.