El objetivo del realizador era realizar el retrato de un hombre, Michel Petruccini, no del artista, según él porque la comprensión de la personalidad del hombre nos daría las claves de su obra. Como Radford carecía de referentes retrospectivos de su trayectoria, privilegió las conexiones emocionales de la vida del sujeto, asociándolas a sus fuentes de inspiración. Por esa misma razón, el realizador insiste en sus rasgos característicos: "Estoy convencido de que en los defectos de las personas se encuentran también sus verdaderas calidades humanas. Y Michel tenía indiscutiblemente defectos y virtudes".
Si hay algo en lo que se ponen de acuerdo todos aquellos que conocieron a Michel Petrucciani, es que tenía una energía desbordante. Había sido condenado por los médicos a sufrir una muerte precoz (lo hizo con 36 años), por lo que quería tener tiempo de vivir todo lo que quería vivir. El director consideró que ese rasgo del músico era fundamental a la hora de insuflar rapidez en el montaje de la película. "Su determinación por vivir intensamente se convirtió en el centro del documental", dice Radford. "Pienso que todos tenemos un reloj interno que nos dice en un nivel subconsciente, cuánto tiempo vamos a vivir, y regula nuestra energía en su función".
No es la pasión por Petrucciani el germen de este documental. Michael Radford, que no había rodado un documental desde hacía un cuarto de siglo, confió en el proyecto por los productores Bruce Marks y Serge Lalou. Reconoce que jamás había escuchado hablar de Michel Petrucciani antes de comenzar a preparar la película. Sin embargo muy rápidamente se sintió fascinado por el personaje.
Ciertos críticos se quejaron de la ausencia de identificación de las personas que intervienen en el documental. En efecto, cuando los entrevistados hablan y cuentan sus anécdotas personales, no son precisadas ni su identidad ni la relación que mantenían con el músico, algo bastante extraño en un documental. Se trata en realidad de una elección del realizador que considera que de tales precisiones "no son pertinentes" y prefiere mostrar "la parte de humanidad" de estas personas.
La película se presentó en el Festival de Cannes 2011, dentro de sus Sesiones Especiales.