'Hara-kiri' fue la primera película que se presentó en la Sección Oficial del Festival de Cannes en formato 3D.
'Hara-Kiri' es una nueva versión de una película realizada por Masaki Kobayashien 1962. Takashi Miike nos cuenta que, lo que le apasionó de esta película era: "La posibilidad de sentir la universalidad del sufrimiento humano, que trasciende a toda época, género y país. Creo que me atrajo la tristeza que supone ser incapaces de anticipar con la suficiente rectitud el futuro próximo que nos espera".
Takashi Miike considera sus remakes como auténticas "nuevas versiones". No se plantea la originalidad, sino más bien la pertinencia de rehacer una obra clásica: "No podemos comparar dos obras colocándolas una junto a otra. Cada una está unida a la dinámica de la época en la que fue creada", reconoce.
El cine chambara, o de samuráis, atrae cada vez más al público internacional, gracias a las escenas de acción compuestas por espectaculares y dinámicas coreografías marciales.
Este género cinematográfico estuvo considerado como el más importante del cine japonés durante mucho tiempo, antes de caer víctima de la decadencia por su sobreexplotación. Sin embargo, en los últimos tiempos parece haber resurgido gracias a un puñado de películas que reivindican su espíritu y sus valores.
El cine americano también ha intentado copiar estas películas y trasladarlas a su idiosincrasia. Por ejemplo, 'Los siete magníficos' (1960), sería una versión de 'Los siete samuráis' (1954), de Akira Kurosawa.
El realizador japonés se interna con esta película en la falta de humanidad y en la crueldad que lleva consigo el espíritu militar que regía en la época, y lo hace desde el punto de vista de una familia de origen humilde. De esta forma, rescata algunos valores que se habían olvidado en la mayor parte de las producciones japonesas que se realizan en la actualidad, especialmente el trabajo meticuloso en la puesta en escena, el juego de las pasiones humanas y el trabajo sobrio con los actores.
Takashi Miike vuelve así a revisitar el Japón del siglo XVII (época en la que se han ambientado grandes películas), aunque no defiende específicamente una nostalgia por la edad de oro del cine japonés.
El realizador japonés Takashi Miike reconoce sentir verdadera veneración por las películas antiguas de su país. "Los equipos de entonces tenían todo lo que los cineastas necesitaban: tenían energía, pasión, los estudios invertían en los sueños y tenían capacidad para llevarlos a cabo...", afirma Miike.
El compositor de la banda sonora de la película no es otro que el prestigioso músico Ryuichi Sakamoto, que ganó un Oscar por 'El último emperador' en 1987.
Desde su temprana revelación artística ha alternado los proyectos americanos, europeos y asiáticos y ha trabajado con directores como Bernardo Bertolucci o Brian De Palma.
Ha compuesto bandas sonoras como la de 'Feliz Navidad, Mr. Lawrence' (en la que también ejercía uno de los papeles protagonistas), 'El cielo protector', 'Tacones lejanos', de Pedro Almodóvar, 'Snakes Eyes', 'Tabou (Gohatto)' o 'Seda'.
Además de ser un gran músico, también es una activista a favor de la paz y de los derechos humanos.
La música en la película, compuesta por Ryuichi Sakamoto, constituye un personaje indispensable: "Las almas de los personajes son como si gritaran a través de la música. La banda sonora funciona como un elemento fundamental, como el aire que respiramos en la sala de cine".