El negocio del parto
por Gonzalo de PedroSi usted está embarazada, planea estarlo, o está considerándolo, le aconsejamos que prepare la cartera, pasee por el apartado de puericultura de cualquier centro comercial, y que eche además un vistazo a la sección de libros dedicada al embarazo, parto y crianza de los hijos que encontrará en cualquier librería medianamente grande. ¿Lo ve? Miles de productos, miles de libros, miles de teorías, miles de oportunidades de negocio: el tardocapitalismo ha logrado convertir un proceso natural en una fuente de ingresos, tan solo comparable en estabilidad y rentabilidad al negocio de las funerarias (que nunca quiebran). El parto es dinero. Y esta película, que adapta un betseller del mismo tipo, no es sino la extensión natural de ese negocio a las pantallas de los cines: una especie de ambiciosa "obra total" sobre el embarazo, el parto y las relaciones afectivo-sentimentales de la pareja camuflado bajo la forma de una comedia con rostros célebres. Compendio de todas las teorías y acercamientos posibles al proceso del embarazo y el parto, la película, en su ambición por captar a todos los públicos, presenta un ramillete, lo más amplio posible de acercamientos al tema, desde el parto natural a la adopción, sin dejarse, obviamente, los clásicos miedos masculinos ante el compromiso y la responsabilidad. Vamos, un poupourri de personajes que recorre todos los tópicos imaginables al respecto en un larguísimo trayecto de dos horas que aspira a contentar a todos sin molestar a nadie. Porque, puestos a pedir, ¿por qué no abordar también el tema de la paternidad en las parejas homosexuales? ¿Acaso no es legítimo reclamar algo así a una wiki-película como esta, que pretende contener toda la información clave para el embarazado bajo una pátina de comedia, otra de drama, y otra de "happy end" inevitable? Políticas y correcciones aparte, 'Qué esperar cuando estás esperando' viene a ser un resumen para gente con poco tiempo sobre el proceso del embarazo... que ni emociona ni hace gracia.
Lo mejor: Que dura dos horas. Menos que leerse todos los libros sobre el tema en el mercado.
Lo peor: Que dura dos horas. Mucho más que lo necesario para entender que no tiene ni pies ni cabeza la propuesta.