Marcus Nispel se enfrenta a su primera película original que no sea adaptación o remake. El director, que tiene en su haber nuevas lecturas como “La matanza de Texas“, “Viernes 13” o “Conan el bárbaro“, nos transporta a un manicomio abandonado donde un grupo de adolescentes descerebrados celebran una fiesta rodeados de drogas, sexo y como no, espíritus y demonios. Exacto, no es adaptación ni remake, pero pelicula original, original.. Tampoco es.
Por alguna extraña razón de marketing o distribución, también se conoce esta cinta por “Backmask” o “Exeter”. Afortunadamente, se quedo con “The asylum” (aunque en sus carteles promocionales no lleve éste título y en IMDb apareza como “Backmack“). Títulos a parte, esta película a medio camino entre la parodia y el terror, tiene todas las papeletas para ir al cajón de películas más infravaloradas de la historia. Ese cajón donde también están “Willow creek” y “Encuentros paranormales“. Marcus nos deleita con todo el arte que le sobro de las dos cintas slasher que dirigió hace unos años: tanto la de Jason, como la de Leatherface. Aunque más influenciada por esta última, “The asylum” también bebe de películas de posesiones como “El exorcista” (grande el homenaje en modo app que se marcan) o “Evil dead“.
Plagada de sustos fáciles con golpe de sonido, algunos momentos gloriosos y otros que dan un poco de vergüenza ajena, la nueva película de niñatos encerrados en un edifico encantado es simplemente eso. Y es que hasta el guión esta cogido con pinzas. Claro está, el toque de producción del mismo tipo que nos trajo “Paranormal activity” o “Insidious” mezclado con toque Nispel, es MUY de agradecer.
Lo mejor: sus aires de grandeza.
Lo peor: algunas piezas de su banda sonora.