Opiniones sobre Autómata

Antonio Banderas produce y protagoniza este thriller futurista que ha sido escrito y dirigido por Gabe Ibáñez y que fue rodado en los estudios Nu Boyana Film Studios que se encuentran en Sofía (Bulgaria). Autómata recibió cuatro nominaciones a los Premio Goya de 2014, todas ellas en apartados técnicos, y participó en la sección oficial del festival de San Sebastián.
[...] Autómata tiene unas cuantas ideas interesantes como una cuidada y atractiva factura visual, estar ambientada en un futuro cercano que nos muestra los estragos que los propios hombres podemos causar en el planeta, ese aire decadende de las ciudades, el impresionante diseño de los robots o el desempeño de Antonio Banderas que hace lo que puede. Sin duda alguna, la primera mitad es de lo más atractiva y prometedora, pero en cuanto llegan al desierto se estanca y no consigue desarrollarse de una manera convincente.
Y es que tiene otras tantos aspectos que la lastran bastante, empezando por el guion que carece de identidad propia y hace que sus influencias sean demasiado evidentes, (Blade Runner, Mad Max, Inteligencia artificial, Elysium o Yo, Robot), esos protocolos que rigen a los robots claramente inspirados en las leyes de la robótica de Asimov, un ritmo demasiado lento o unos diálogos excesivamente grandilocuentes. También intenta abarcar demasiados temas (escenas de acción, problemas familiares, tintes ecologistas…) sin terminar de dar la relevancia necesaria a lo verdaderamente importante: que los robots han sido capaces de evolucionar.
Autómata no ofrece muchas novedades en el campo de los robos ni en el de la ciencia ficción, sus mejores bazas son el magnifico diseño de producción, el sugerente trabajo de fotografía y la presencia de Antonio Banderas.

Película Española y Búlgara, dirigida por un poco conocido Gabe Ibañez. Autómata cuenta la historia de un futuro donde el planeta tierra se encuentra al borde del apocalipsis y la raza humana sobrevive en refugios, y de Jacq Vacuan, interpretado por Antonio Banderas, un investigador de seguros de una empresa robótica el cual se ve inmerso en un caso de manipulación ilegal de un robot. un caso que parece ser rutinario pero que empezará a tomar gran importancia para el y para toda la raza humana.

Esta película se encuentra claramente influenciada por otras de ciencia ficción y tiene ciertas similitudes con Yo Robot y Blade Runner tanto en su guión, como en su estética, pero carece de la magia de estas.

Hay que decir que el cine Español no suele tratar la temática de la ciencia ficción y la robótica. El estilo, ambientación y la estética conseguida en esta película son fantásticos, tanto en la ciudad como en el posterior desierto. Transmiten perfectamente las sensaciones deseadas. Es todo un acierto y un gran logro para una industria que no suele tratar esta temática y es lo más positivo de Autómata.

La historia es un tanto lenta y parece hecha para el claro lucimiento de Antonio Banderas el cual es productor y se lo ha montado para ser el protagonista indiscutible de este film. Banderas nos tiene acostumbrados a sus sobreactuaciones las cuales sí son convincentes en según que películas y según que papeles, pero en algunos momentos de autómata sus aspavientos están de más.

La película intenta sin mucho éxito tratar la moralidad de la vida e inteligencia artificial y de dotar de sentimientos a la robótica y de la ética de sus creadores. Como pasa en Yo Robot o con los replicantes de Balde runner empiezas a empatizar con las máquinas y parece que nuestra simpatía irá cada vez a más, pero ahí se queda, a medias tintas y al final te sientes un tanto frío hacia ellos lo cual hace que te sientas de la misma manera hacia la película en si.

No negaré que tiene algo, la película a pesar de no ser novedosa en su planteamiento empieza con una buena base y con una buena historia, no es mala, pero le falta gas, ritmo, y se queda sin fuelle en su desenlace que no convence ni satisface.

"...eso es como decir que tú sólo eres un simio"; en muchos casos, el ser humano no queda muy lejos de ello.
Hace tiempo que circula el rumor de que van a rodar un remake de "Blade Runner", ¿te imaginas que es éste?, ¡eso si que sería una buena broma para el día de los inocentes!
Por otra parte, ¿Melanie Griffith no está demasiado joven comparada con su ya, ex marido, teniendo en cuenta que ella es mayor que él?, ¡lo que hacen los efectos especiales!, porque efectos los hay, al menos en cuanto a opiniones generalizadas sobre ella y un voluntario y obvio propósito de intento y esfuerzo; otra cosa es el resultado, y la eterna polémica que gira en torno a la cuestión de si es una buena película, dada la inversión y los medios con los que, de media -menos privilegiados aparte-, cuenta una producción española o, un fraude aburrido que copia descaradamente a la mencionada y a un poco sugestivo e inapetente, a pesar del cansino esfuerzo de Banderas -cuanto más se empeña más lagunas muestra- Will Smith mucho más efervescente y estimulante en una "Yo, Robot" que, hasta el más necio capta enseguida esa falsificación por falta de ocurrencias propias, tanto dilema y expeculación es vacuo ya que, la gran problemática es que ¡te resultará indiferente!
Que vale, excelente fotografía de grises desérticos y blanco arena mancillado, que de acuerdo, currada escenificación de la desolación humana y catástrofe futura de hecatombe con toque a un más original "Mad Max" -lo siento pero es que parece que Gabe Ibañez ¡no haya tenido una idea propia!-, que sin duda, una actor de la tierra de nombre internacional para atraer a los de casa y los de fuera -aunque ¡se olvidó de currarse unos aceptables secundarios!-, que nadie lo niega, el hombre es lo peor de este mundo y mira a dónde hemos llegado aunque, no todo está perdido pues "...la vida siempre encuentra la forma de abrirse camino" -la referencia a filmes diversos es tan enorme que ¡no acabaría de mencionarlos todos!- pero es que este aroma irrespirable de polución tóxica con protagonista depresivo por castigada melancolía y final ambivalente que deja las puertas abiertas a lo que quieras..., ¡me resulta indiferente! pues, si no se decide el director/co-guionista entre carne o pescado, con postre o sin él, ¡porque hacerlo yo!
Es seguir una historia que ya se dónde me llevará y donde, aunque mis ojos se entretengan con el respeto de esa loable inmensidad retratada con esmero, mis oídos se ausentan y distraen de una atención no ganada por su hecatombe guión, tanta interesante devastación y vasta llanuras de poca vida y ¡mi mente quiere coger el móvil y contestar el último whatsapp recibido!
Porque puedes admitir el gran logro de intento, el valor de un mérito atrevido de explorar la poco explotada ciencia ficción entre nuestra filmografía, optar por la condescendencia y decir que han sido extremadamente crueles con todo el jarrón de agua fría vertido sobre ella -y ha sido tanta agua que ¡ni el Niágara!-, que se puede ver, que la modestia es una virtud, que hay que valorar el sacrificio y ahínco, que tiene buenas intenciones con algún que otro momento bueno..., pero que te resulte indiferente que si blanco o negro, si claro u oscuro ¡es lo peor que se puede decir de una película!
La coges con ganas, sobretodo por haber sido tan machacada por casi todos, lo cual hace que tu ya predispuesto y condicionado ánimo vaya diciendo la retahíla de no-es-tan-mala, qué-exagerados, no-es-para-tanto cuya convicción optimista durará los primeros 50 minutos, a partir de ahí que le trasladen, que le deje la mujer, que se lo coma la radioactividad, que los robots se autoinmolen..., vale, ¡no es para tanto!..., ¡ves!, ¡ya lo he vuelto a hacer!
Es cierto que en cuanto a imagen tiene instantes muy logrados de aprecio consistente, de validez perceptiva sólo que, ese preciosa escena de foto artística se queda coja y vuida al ir acompañada de un argumento que vive de retales de otros y de diálogos que no son ninguna lumbrera.
La suerte de este desconocido director es que Antonio Banderas tuviera tiempo libre y dinero para financiar su idea pues, de otra forma, este relato va directo a DVD -eso si consigue llegar a realizarse-, en cambio, de esta forma tiene sitio en una cartelera que admite este producto y deja fuera joyas que no hay forma de localizar o ver.
¡Se lió la de San Quintín!, no por el valor de la película sino por el vapuleo recibido; que te valga o no es riesgo tuyo, no te pierdes gran cosa y siempre puedes. o ser benevolente al juzgarla, o ser uno más de los que la machaca, en el fondo, el resultado ¡te será indiferente!

El robot que bajó del árbol

Treinta años hacia el futuro. La superficie terrestre se ha convertido en un interminable desierto radiactivo. Poco más del 99% de la población mundial ha sobrevivido, y los que lo han conseguido malviven en el interior de una ciudad atendida por autómatas proporcionados por la Corporación Roc. Dos protocolos dominan la conducta de los robots: primero, un robot no puede causar daño a un ser humano, y segundo, un robot no puede modificarse a sí mismo. Pero esta última ley se verá peligrosamente cuestionada cuando un robot modificado por dentro llega a la morgue. O se ha modificado a sí mismo, o existe un relojero que está modificando las máquinas.

Durante sus primeros compases, “Autómata” desprende cierto aroma a “Blade Runner” por la presentación de la atmósfera en la que se desenvuelve, su propia temática y hasta el look –chubasquero anti radiación incluido- que visten los agentes de la corporación. Y los protocolos por el que se rigen los robots condensan los postulados de Asimov. Las referencias de las que bebe son claras, y “Autómata” recoge grandes ideas durante la primera mitad de su metraje, la mejor balanceada del conjunto, ofreciendo un thriller de ciencia-ficción que consigue captar cierto interés y nivel de suspense, aunque haya que aguantar el sintético rostro de Melanie Griffith o a ese personaje tan mal trazado que es el interpretado por Dylan McDermott, una especie de villano que merecía estar mejor definido.

Pero durante la segunda mitad, sus ideas se aturullan y pierden peso y relevancia. La trama alterna de forma paralela escenas en el desierto con los robots, quizá las más humanas e interesantes, con soporíferas secuencias corporativas de despacho protagonizadas por personajes tan insulsos e inútiles para el desarrollo como el de Robert Forster. Y aunque el tramo final intenta imprimir algo de acción al conjunto, sus ambiciosas ideas hace ya una hora que quedaron bien plasmadas y ya se han vuelto algo redundantes y repetitivas. El film se empeña en reincidir en ellas una y otra vez, pero sin dirigirlas a ninguna parte.

Y es una pena, porque insisto, sus ideas son enormes. No originales, ya que la temática del robot que toma conciencia de su existencia y decide bajar del árbol, así como el principio del fin de nuestro status como especie dominante del planeta, ya ha sido explotada con anterioridad en el cine. El problema es lo que rodea a dichas ideas, la historia en la que se desenvuelven, y el mal rumbo que toman hasta resultar reiterativas. Y una mayor pena da que la factura final del producto, pese a ciertos efectos digitales poco logrados –los planos generales de la ciudad o la persecución nocturna en el desierto-, resulta de lo más convincente, que Banderas lleva con dignidad el peso de la narración, o que Gabe Ibáñez confirma que es un director con pulso visual, pero que merece un libreto mejor. Quizá la propuesta habría mejorado de haber combinado sus grandiosos temas con una mayor dosis de entretenimiento y acción antes que apostar por la ciencia-ficción existencialista. Pero lo que ha quedado finalmente es un soso ejercicio de prometedoras reflexiones, pero incapacidad para evolucionar y bajarse del árbol.

A favor: las prometedoras ideas que aglutina en su tramo inicial
En contra: que esas ideas se desarrollen en un guión tan flojo, y que pierdan interés durante su segunda mitad

Bastante mala, lenta, aburrida y con unas actuaciones horribles y un Banderas sobreactuado... No termine de verla de lo poco que me ha enganchado... Hay cintas de ciencia ficción bastante mejores recientes como Oblivion, Proyect Almanac...

La naturaleza artificial nunca ha sido tan obvia y predecible.

El tono de la película se balancea entre una extraña mezcla de un argumento americano contado de manera europea sin conflicto intenso, o lo que es lo mismo, una narrativa que pide acción dando como resultado una trama que carece de cualquier profundidad.

Los personajes rellenan la trama autocomoadeciendose como si supieran que tienen que rellenar tiempo hasta finalizar una historia que ni sorprende ni entretiene. Cobra un especial valor las interpretaciones de los actores y la dirección artística, tanto diseño de robots, decorados, y estética de los personajes.

Esperaba un poco mas de esta pelicula, el argumento en ocaciones va muy a los tirones

Tenemos aquí una puesta lentísima, actores con actuaciones en un nivel bajo, con personajes que demuestran frustración y aburrimiento, como el caso de Antonio Banderas y su Jefe. Sin ser malisima, tampoco voy a decir que es desagradable, siendo su estilo la Madmax post apocaliptica. A verla con buen animo para no aburrirse.

Ojeando las más recurrentes fuentes de inspiración a la hora de ponerse manos a la obra para dar forma a ese lienzo en blanco estructurado en fugaces fotogramas, se encuentra sin duda en posición aventajada en los últimos años, la temática de la inteligencia artificial, título por otra parte de una de las grandes películas inspiradas en tan sugerente y apasionante mundo.
Cuando el cineasta de turno emprende un nuevo proyecto encaramándose a ese tren que tan a punto ha llegado a la estación requerida en anteriores ocasiones, elogiado y arropado unánimemente por la crítica, puede suponer la conquista de mucho terreno en ese camino empedrado y tortuoso que debe recorrer para alcanzar el éxito tan ansiado. En cambio, esta supuesta ventaja, puede verse mermada en gran medida si predecesoras producciones alcanzaron un nivel difícilmente superable, llegando incluso alguna de ellas a alcanzar ese estatus privilegiado que le otorga el galardón de clásico.
El madrileño Gabe Ibáñez se atreve en su segundo largometraje, “Autómata”, a desafiar esa, por otro lado, inevitable sensación de retrotraerse a otros films de características similares, para hacernos caer en la cuenta de que su fórmula aquí es absolutamente infalible y que lo que se nos presenta en la pantalla es un producto no ya con un distintivo propio, sino algo que pretende trascender como lo hicieran en su momento otras cintas de robots que discrepan de sus humanos amos.
“Autómata”, toma prestada una sustanciosa remesa de elementos visuales y arquetipos de otras célebres producciones; apocalípticos escenarios que bien podríamos encontrar en los polvorientos planos de “Mad Max”, mezclados y agitados como no, con el personaje que encarna el a la vez productor del film Antonio Banderas. Un agente de seguros que podríamos alinear con Rick Deckard (Blade Runner), o Del Spooner (Yo, robot), aunque aquí su misión no es tanto cazar androides como luchar contra la podredumbre humana.
Comparativas aparte, Ibáñez consigue crear ese clima perfecto para el desarrollo de una historia aparentemente entroncada en la rebeldía robótica y en el que nos llama a la reflexión por otros derroteros, esos tan humanos y tan culpables de tanta desolación y despropósito, que hasta las máquinas tienen a bien desligarse de tanto desatino.
Excelente, excepto por algunos planos desérticos tanto por la ubicación real como por la escasa entidad de los mismos, el aspecto visual, donde un abnegado Banderas suda la camiseta en todos los sentidos, y unas maquinitas con talento propio harán las delicias de los aficionados al género.

Mala, aburrida,lenta desde el minuto15.......un toston
Esta pelicula en la television no la aguanta nadie