Robert De Niro confía tanto en el proyecto que no sólo participa como actor, si no también como productor ejecutivo.
El film parecía en un principio que iba a ser dirigido por Martin Scorsese, pero finalmente fue Seann Penn en quien delegaron esta función.
Art Linson, guionista y productor de la película, la ha definido como un "romántico y cómico drama".