Passi el que passi

El filme nos traslada a los preciosos lugares de la Gerona rural, que se nos muestra a modo de "Toscana catalana". Allí vive Álex, un escritor de mediana edad, que comparte la vida con su mujer y su hija. Un fin de semana de esos que no hay nada que hacer, decide plantearse un reto: hacer el amor cuatro veces con su mujer. Esta cifra no es nada del otro mundo, pero la tarea se presenta encomiable debido a todos los impedimentos que tiene alrededor: la pequeña niña, los vecinos, sus amigos y otras complicaciones.

La cinta, que gira en torno a este original punto de partida, es un cantico a la vida y a los alicientes que hacen mejor la vida en pareja. La parte más de autor del largometraje viene con la parte en la que Álex escribe uno de sus guiones cinematográficos. Este libreto es una experiencia personal, no es nada inventado, y como es costumbre la estructura clásica en tres actos (presentación, nudo y desenlace) y esos giros exigidos, de ficción con la de una historia real no coinciden. Se trata de una curiosa e innovadora reflexión sobre el trabajo del guionista, en un tono divertido.

Una película rodada sin subvenciones, a manos del director debutante Robert Bellsolà, con el protagonismo de Antonio De Matteo y Carlotta Bosch.