En 2012, la cinta estuvo nominada a 11 premios David di Donatello, incluyendo Mejor película.
El autor de la novela, Nicolai Lilin, no quiso que su libro fuese traducido al ruso para "respetar su herencia".
Salvatore ha admitido ser fan de los tatuajes, todos conectados con el llamado "espíritu siberiano".
A nivel internacional, la película ha sido comparada en diversas ocasiones con la obra de Sergio Leone.