EL DESGARRADOR Y VISCERAL CALVARIO DE SOLOMON.
A lo largo de la historia del séptimo arte, muchas son las películas que, para bien o para mal, han tratado el tema de la esclavitud humana, como por ejemplo la oscarizada "Ben-Hur" de William Wyler; "Mandingo" de Richard Fleischer; la inolvidable miniserie televisiva "Raíces"; "El Color Púrpura" y "Amistad" del rey midas de Hollywood Steven Spielberg; y la más reciente obra maestra de Quentin Tarantino "Django Desencadenado". El director británico Steve McQueen es el último en tratarlo con su tercera película detrás de las cámaras, titulada "12 años de esclavitud" ("12 years a slave" en su título original en inglés), y que viene avalada por el flagrante triunfo en los premios Oscar.
Esta premiada cinta (mejor película, guión, y actriz secundaria) adapta la terrible historia real de Solomon Northup, un músico culto y libre que en una entrevista de trabajo es drogado y secuestrado para ser vendido como esclavo en el Sur, en una plantación de Louisiana. Renunciando a abandonar la esperanza, Solomon contempla cómo todos a su alrededor sucumben a la violencia, al abuso emocional y a la desesperanza; mientras él lucha durante esos doce años por conseguir su libertad.
Huelga decir que McQueen, que con su anterior película (la recomendable "Shame") ya apuntaba maneras, dirige con brío y valentía, demostrando todas las tablas y oficio que atesora, y confirmando que es uno de los mejores realizadores en el panorama cinematográfico actual. Me encanta la forma en que el director nos introduce en la historia, con una primera hora verdaderamente brillante.
Destaca el gran trabajo del elenco actoral, tanto de los principales como de los más breves y secundarios. Así en pequeños roles podemos encontrar a Paul Giamatti y Paul Dano, que ambos están realmente espléndidos bordando sus roles de odiosos negreros. Benedict Cumberbatch, que interpreta al benévolo terrateniente Ford, está realmente bien (lástima que no tenga un rol con más peso); además de Sarah Paulson (vista en la serie "American Horror Story") que realiza una señora despiadada y resentida a partes iguales; y también el pequeño (pero muy importante) rol de Brad Pitt (que también ejerce de productor del filme).
En los papeles protagónicos encontramos a Chiwetel Ejiofor, que construye con solvencia el personaje de Solomon, y que posiblemente sea la mejor interpretación de su carrera. A pesar de que le falte algo de alma, quizás debido al propio enfoque que McQueen le ha dado al guión (algo que ya hizo y le funcionó a las mil maravillas con el personaje interpretado por Michael Fassbender en "Shame"), pero en esta ocasión no esté tan logrado. También encontramos a Michael Fassbender (actor fetiche del director), que está realmente descomunal construyendo al denigrante Edwin Epps. Viendo todo lo que hace este hombre, y la manera que tiene de justificarse (ante Dios porque así está reflejado en la Biblia) me pone realmente enfermo y me hace reflexionar en cómo ha sido capaz el ser humano de realizar tales barbaridades contra otros seres humanos, sin ser conscientes de ello. Aunque la mejor interpretación de todas, es la de Lupita Nyong’o, que bien le ha valido ganar su primer Oscar. Es impresionante la forma en que desempeña su personaje, con sus expresiones faciales, y esos matices. Sin lugar a dudas, es un debut en el cine por la puerta grande.
Hay tres escenas que me han marcado de sobremanera, poniéndome los pelos como escarpias: una es la violación sufrida por Lupita Nyong’o; la otra es la brutal paliza, látigo en mano, de Fassbender a Nyong’o; y la última (y para mí la mejor de todas) es la del ahorcamiento de Ejiofor, el cual en el transcurso de prácticamente un día, lucha con las puntitas de sus pies por su vida, mientras los demás, temerosos e impasibles, no hacen nada para ayudarle, siguiendo con sus tareas cotidianas impuestas. Me encanta como McQueen ha rodado esta escena, con planos fijos sobre Chiwetel Ejiofor colgado de aquel árbol y esos primeros planos de los pies luchando en el fango y ese rostro que muestra la intensa agonía padecida; es realmente sobrecogedora y sublime.
En menor medida me ha gustado la fotografía, que en ocasiones me ha recordado vagamente a ese estilo inconfundible de Terrence Malick, evocando belleza poética, pero solamente en momentos puntuales del filme. Y a pesar de ser algo mecánica y poco inspirada la banda sonora, hay determinados momentos que funciona; destacando las canciones que cantan los esclavos en los campos de algodón.
Por contra me gustaría decir que McQueen se centra en mostrar solamente la tortura física en detrimento de la emocional (por eso comentaba antes que al personaje de Ejiofor le faltaba alma), incidiendo demasiado en la segunda hora del filme con la finalidad de impactar en el espectador. Que ciertamente lo consigue, pero pienso que es algo excesivo y redundante; además de alargar en demasía la película, que con veinte minutos menos hubiera podido ser mucho mejor. Además me ha chirriado lo del hombre blanco (interpretado por Garret Dillahunt) que, de la noche a la mañana y sin explicación previa, se pone a trabajar junto con los esclavos. Me ha parecido un recurso forzado y metido con calzador utilizado por McQueen para hacer avanzar la historia.
En definitiva, a pesar de su gran triunfo en los premios Oscar, "12 años de esclavitud" no es una obra maestra; pero tampoco le hace falta, porque con todas sus virtudes (que son muchas) y sus defectos, es una película notable, y por supuesto, muy recomendable. Además que pasará a la historia (si no lo ha hecho ya) como una de las más brutales y desgarradoras películas sobre la esclavitud jamás filmadas.