Beetlejuice (Keaton), vuelve a ofrecer sus servicios como bioexorcista para ayudar a los fantasmas a echar de su casa a cualquier ser vivo que suponga una molestia. Con tan solo nombrarle tres veces, este personaje de inframundo, con pocos modales y mucha imaginación, se ofrece a ayudarte. Con sus formas poco ortodoxas, su traje a rayas, y la preferencia por los muertos, este escalafriante ser es capaz de transformarse o de modular su cuerpo a su antojo en las más diversas y grotescas formas, nunca con una buena finalidad. Engañar, asustar o causar algún tipo de dolor, son algunos de sus servicios preferentes. De nuevo sobre el tablero, jugará con los nuevos inquilinos hasta que la casa se vuelva su peor pesadilla y tengan que recurrir a él, que se muere por subir al reino de los vivos.
El regreso del mejor Tim Burton
por Tomás Andrés Guerrero