Después de haber realizado publicidades y clips musicales para Jean-Louis Murat o Jane Birkin, Régis Roinsard realiza con Populaire su primer largometraje.
La película tiene como presupuesto cerca de 15 millones de euros, lo que representa una cifra importante para una primera realización. Para convencer a los socios financieros, hacía falta una cabecera del reparto sólida y "por suerte, Romain Duris adoró el guión y se comprometió al instante".
El realizador Régis Roinsard tuvo la idea de Populaire en 2004, cuando descubrió un documental alrededor de la historia de la máquina de escribir. Este reportaje "contenía una secuencia muy corta sobre los campeonatos de velocidad de mecanógrafo", cuenta al cineasta. Estos treinta pequeños segundos me fascinaron tanto que percibí al instante el potencial cinematográfico y dramatúrgico de aquello".
Convertirse en entrenador en la pantalla supuso un esfuerzo por parte de Romain Duris y una preparación especial. Junto a Régis Roinsard, el actor se encontró con Régis Brouard, que por entonces era entrenador del club de fútbol de Quevilly. "Ya había conseguido la hazaña de conseguir que ese pequeño equipo llegara a las semifinales de la Copa de Francia", nos cuenta el actor. "Y más tarde lo volvió a repetir, alcanzando la final. Pude observar detalladamente cómo hablaba a su equipo, las palabras que escogía, su acción del día a día. De hecho, todo es cuestión de autoridad. Hay que saber en qué momento se puede ser muy frío con aquellos a los que se forma para fomentar su motivación y saber hasta dónde se puede ir sin quebrantar su confianza en ellos. Cómo crear una estimulación sin atropellar a nadie. Es una mecánica de precisión fascinante que hay que observar".
Para encarnar a una joven mujer de los años cincuenta, Déborah François visionó varias películas con Audrey Hepburn, en cuyo peinado se ha inspirado: Sabrina (1954), Ariane (1957), Una cara con ángel (1957) o My Fair Lady (1964).
Para su papel, Déborah François se entrenó a fondo en mecanografía: "Me dediqué a eso de dos a las tres horas al día durante tres meses en la fase de preparación, y luego durante el rodaje, pero no cada día", nos cuenta la la actriz. "Cuando debía escribir a máquina para una escena, no me entrenaba por la tarde, porque tenía miedo de hacerme daño. Al principio me cosó mucho, porque no es una postura natural y las teclas de las máquinas de escribir son difíciles de apretar. El hecho de utilizar el meñique fue tanto más complicado para mí, porque tenía la costumbre de apretar con todos los dedos", explica la actriz.
Para la elección de las canciones de la banda sonora, el equipo eligió temas del repertorio medio de los años cincuenta del jazz americano, con artistas como Baxter y Jack Ary, intérprete de la canción "El tcha-tcha de la secretaria".