En el mundo de la animación es muy común que pasen bastantes años entre la idea de la película y su estreno en los cines, ya que se trata de trabajos muy laboriosos. En este caso, los directores tenían la idea de hacer este film desde el año 2010.
Nueva York reemplazó a París para ser la ciudad donde transcurría la historia en el último momento.
En esta película, Gagnol Alain y Jean-Loup Felicioli han seguido con el mismo equipo que usaron en su anterior película Un gato en París (Serge Besset, Jacques-Remy Girerd, Hervé Guichard, entre otros).
Acostumbrados a composiciones musicales en el cine de animación destinadas al público joven, en esta película se utilizan coros infantiles cada vez que se evoca a la aparición fantasmal del personaje.