Estoy viendo cuatro tornados a la vez, uno incluso en fuego, destrucción y caos por todos lados, devastación y desolación, ruina y muerte, peligro constante..., y ni-fu-ni-fa, ni me emociono ni me interesa más allá de un mirar por mirar y continuar para ser lícita y escribir sobre lo visto -aunque algo me dice que lo todavía no visto no sorprenderá ni cambiará mucho mis sensaciones actuales-.
Corroborado, ¡pronóstico correcto!; no debería alegrarme tanto de un fiasco, ¿no?
Y lo malo es que simplemente confirma lo intuido en el minuto uno, ¡mucho ruido y pocas nueces!
Muchos efectos especiales para muy poco contenido, poco impacto para tanto destroce, un guión endeble al que sólo le importa los numeritos espectaculares y los fuegos de artificio, personajes sin carisma ni atractivo interesante más allá de verlos correr y decir cuatro frases, un argumento que se limita a ser parque de atracciones muy sonoro, llamativo y exagerado hasta donde su imaginación daba pero sin interior consistente que narrar y todo ello plasmado a través de cámara en mano de los integrantes, un detalle cuya novedad no resulta cautivadora ni excitante pues ha sido reiteradamente utilizado desde "El proyecto de la bruja de Blair".
El ojo del tornado ha resultado estar lleno de matraca y estruendo pero vacío de emoción, sugestión, motivación o adrenalina digna.
¿Alguien se acuerda de "Twister" del 96 con Hellen Hunt y Bill Paxton? Porque rodada hace casi viente años atrás sin tanta tecnología ni efecto de ordenador ni presupuesto loco y le da ¡mil vueltas a esta!
El encargado de las maquetas de las casas, coches, edificios, aviones y demás enseres volantes ¡es el único que se lo ha currado en esta película!
¡Qué conformismo y desgana en un proyecto simple y fácil en sus elementos, elaboración y posible resultado grato!
Al menos tuve el acierto de no invertir mi tiempo y dinero en ella y esperar su salida en DVD aunque, la verdad, si que ha perdido mi tiempo al descartar otra historia por esta recreación de papel mojado, tinta tenue, letra pequeña y cliché abusivo.
Para compensar este perezoso y ordinario viaje que no deslumbra ni con la madre de los tornados, ni con ventiladores a toda potencia, agua a mansalva y todos los coches y camiones de juguete de mi sobrino por los aires voy a volver a visionar Twister, a sacarme el regusto amargo de este sinsabor y a disfrutar realmente con una película de acción sobre tornados y personajes con historia, carácter y personalidad características que, obviamente, se olvidaron de darle a ésta.