En 1950, William Lee, un hombre estadounidense de unos cincuenta años, vive exiliado en Ciudad de México. Su vida transcurre en la monotonía de una rutina solitaria, apenas interrumpida por los encuentros esporádicos con otros expatriados. Aislado y desilusionado por el tiempo, su única compañía son sus recuerdos y las calles decadentes de la ciudad.
La apatía de su existencia se rompe cuando conoce a Eugene Allerton, un joven estudiante recién llegado, cuya presencia despierta en Lee emociones largamente reprimidas.