Gary Starke (Andy García) no es un tipo corriente. Se dedica a la reventa de entradas en Nueva York, siguiendo el modelo clásico, revendiendo los tickets a pie de calle o a pie de cola en tal o cual evento, pese a que gran parte de ese negocio se mueve ya durante esos días vía Internet y las redes sociales. Cuando su novia Linda (Andy MacDowell), una mujer organizada y aspirante a chef de cocina en un restaurante propio, se cansa de la dedicación de Gary y de su estilo de vida, le deja. Es entonces cuando este decide cambiar sus costumbres, no sin antes dar un "último gran golpe", algo que simultáneamente le ayude a recuperar a Linda y redirigir su existencia. Encuentra esa oportunidad en un momento epifánico: la ocasión de revender una gran cantidad de entradas para acudir a la inminente visita del Papa en el estadio de los Yankees.