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Peter Q.
63 usuarios
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3,0
Publicada el 14 de julio de 2014
Jean-Pierre Jeunet lleva ya muchos años en esto del cine, ha ganado un merecido prestigio gracias a su trabajo, su sello es inconfundible y su originalidad está fuera de toda duda, su cine es una mezcla de realidad con fantasía, visiones adultas convertidas en fábulas, Delicatessen (1991), La ciudad de los niños perdidos (1995) o Amelie (2001) son algunos sus títulos, quizás lo más sonados, sin olvidarnos de su incursión en el cine más taquillero con Alien resurrección (1997). El extraordinario viaje de T.S. Spivet sigue bebiendo visualmente de esa marca de la casa que tanto le caracteriza y que alcanzó su máxima plenitud con la galardonada Amelie, pero en este film solo son pequeñas bocanadas visuales, bien ilustradas durante todo el metraje, pero algo más cautas. El perfil narrativo sigue teniendo su distintivo, su marca, una especie de cuento quimérico para todos los públicos pero sólo para un público, ¿qué quiero decir con esto? Pues es algo muy sencillo, la película vive de esa ingenuidad que suelen transportar consigo todos los cuentos de hadas, pero en ocasiones, cargados con ciertas alegorías que pueden aburrir o confundir al público más joven.
Argumentalmente peca de insipidez, Kyle Catlett tiene esa cara de niño superdotado y da el perfil de chico que vive en su propio mundo en ocasiones al margen de su círculo más cercano, aunque le falta algo de expresividad o emotividad, a la historia le faltan algunos esos matices que hace que su visionado sea más atractivo, le falta ese toque de humor que tan buenos resultados dio en trabajos anteriores, le faltan puntos de brillantez y el desarrollo en ocasiones resulta algo tedioso, quizás sea por un exceso de cursilería.
Me ha gustado el papel de Helena Bonham Carter, su personaje me ha parecido el más interesante de todos, en una historia en el que los adultos son tan niños como adultos y los niños son tan adultos como los propios adultos, hay un escopetazo de brillantez en esa espiral de comportamientos, los padres en ocasiones no terminan de resolver sus problemas y actúan como niños, el enfoque que le dan a ciertas situaciones de la vida se aleja de la realidad la realidad de ellos se convierte en un cuento para niños. Por el contrario los niños son más conscientes de ciertas realidades y ponen las herramientas necesarias para resolver los conflictos que pueden generarse en el día a día.
Realmente si el director no fuera Jean-Pierre Jeunet el resultado a nivel de satisfacción hubiera sido diferente, pero, cuanto más grande eres mayores son las expectativas y el resultado aunque aceptable no ha llegado a cubrir lo esperado.
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3,5
Publicada el 23 de abril de 2020
Película a caballo entre una especie de western crepuscular y una road movie, en el primer caso por la ambientación y el modo de vida de la familia protagonista, en el segundo por la aventura que inicia el personaje principal, T.S. Spivet, en su viaje a Washington D.C. . Colorista y bonita, desde el primer momento notamos que estamos ante una película con un toque diferente. Los paisajes nos retrotraen a otras épocas del Lejano Oeste o más tarde a esos viajes de trenes de mercancías por dichos paisajes. El retrato navega entre la nostalgia y la melancolía y la pérdida de tiempos pasados donde la vida se desarrollaba de otra manera. Lo que le resta en mi opinión es que la fotografía, el retrato fijo, la música o la ambientación están por encima de lo argumental. Pero aún así es una película con un sello distinto, no cabe duda, y que el director sea el autor de Delicatessen o Amelie es una razón clara.
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3,0
Publicada el 5 de julio de 2014
No deja de ser un niño en una gran aventura de añorada meta que busca cariño y comprensión, ternura y atención, dejar de sentirse aislado y no querido para pasar a ser amado y cuya ausencia provoca el despertar de la estima, la búsqueda y encuentro de lo más deseado, el abrazo de una insustituible madre y la segura protección del caballito en la espalda de un padre que te devuelva la sonrisa y te haga único al llevar su sombrero de cowboy; abandonar la melancolía y tristeza interior de la soledad y la culpa recíproca y abrirse a la alegría y amor de una familia peculiar y dispar pero unida por el gran misterio de su cordón umbilical a pesar de su gran variedad. La presentación es fantástica, deliciosa excentricidad llena de impactante colorido que atrapa tus ojos cual estrambótico binocular en el cual la mirada debe ser ralentizada y enfocada, la vista precisa y concentrada para apreciar y degustar la belleza y espectacularidad de un formato de cuento, fábula exquisita en la narración cognoscible del interior de un cerebro superdotado cuyo espíritu es anhelo indiscutible de dulzura y afecto, de sensibilidad y pasión, descubrimiento de unas emociones afines a un niño incomprendido que siente la amargura de una inolvidable pérdida, la añoranza de un volver a ser, la imperiosa necesidad de un deseoso querer estar. La historia es más afectiva y sensible que anteriores trabajos de Jean-Pierre Jeunet aunque menos motivante y seductora pasada la impactante novedad inicial pero sigue contando con una cautividad de todos tus sentidos que es fiel y devoto toque característico de la imaginación y fantasía para la narrativa visual de esta directora. Se trata de valorar cada paso, devorar cada escena con la grandeza del espíritu inocente de un pequeño que permanece inmóvil y paralizado ante la pantalla por la exquisitez de lo visto, por el deslumbre de lo expuesto y la magnificencia de una historia resultona y llevadera de verborrea electrizante y estética hipnótica que vive y se mantiene por su querida y sabia combinación de elementos que forman un cuadro único y exclusivo expuesto con enorme gracia y elegante presencia, finura delicada de estimable sutileza en su escondida comicidad, en su exigencia personal, en su grata bienvenida, en la vivencia de un calor oculto y escondido de miradas que buscan rapidez e inmediatez, facilidad y entretenimiento superficial pero notorio y estimado para pacientes de sabia espera, lectura inteligente y exclusividad marcada; no apta para todos los públicos porque allí donde otros verán aburrimiento-tontería-pesadez otros apreciarán la inmensidad de una sonrisa encantadora, la rareza de una incomprensible comodidad, la severidad del gusto atípico, el curioso estado jovial y alegre que aparece sin apenas esfuerzo pero con veredicto firme para proclamar el registro de una vivencia poco común, deliciosa extrañeza de repetido deseo. No es un cómic delirante, no es un héroe común, es un relato diferente de hilarante impresión e inolvidable recuerdo.
Magnifica interpretación de Kyle Catlett que seguramente le veremos en mas películas. Cogiendo el formato del diario de greg el resultado siempre será de un película entretenida.