El comienzo de la película, es como una juerga continua, donde todo es fiesta, y pasarlo bien. Donde los dos jóvenes ven la vida como pura diversión, sin pararse a pensar en las consecuencias de algunos de sus actos.
Enseguida, la cosa cambia, hacia la tristeza y desesperación, ya que llega un momento de la vida de la chica, en que cada vez que bebe le suceden cosas horribles.
Aunque al principio parece algo diferente, y no se sabe muy bien hacia donde se encamina la historia, rápidamente se va, hacia el tantas veces visto, concepto americano de las reuniones de Alcohólicos Anónimos.
La música transmite lo que se pide y es un perfecto acompañamiento. Pero, quizás no aporta más, un guión plano, en el que todo deja de interesar a partir de la media hora, y la trama pasa a ser la típica de problemas de pareja, y familiar, muy lenta y parada y aburrida.
Eso a pesar de los continuos intentos de hacerla dinámica, con cambios de plano y movimientos de cámara.
La actuación no transmite los sentimientos necesarios, ni la chica en su recuperación, ni el chico en sus borracheras.
Así q se queda a medio gas, ni una juerga continúa, ni el drama de la adicción.