Certezas y dudas sobre un camaleón
por Quim CasasComo tantos otros documentales situados en la difusa frontera entre la realidad, la ficción, la apropiación de material ajeno y la recreación a pesar de que finalmente se rebelen como fragmentos de una existencia verdadera (de 'Grizzly Man' a 'Searching for Sugar Man' pasando por 'Exit Throught the Gift Shop'), 'El impostor' navega conscientemente entre dos aguas creándonos dudas aunque sepamos que se trabaja sobre certezas.
El filme de Bart Layton reconstruye mediante entrevistas, imágenes de archivo y otros momentos que sortean el género documental, la extraña, desconcertante y sorprendente experiencia de un joven francés, Frédéric Bourdin, que se hizo pasar por un adolescente tejano desaparecido en extrañas y nunca desveladas circunstancias, Nicholas Barclay.
Las diferencias físicas (el primero es moreno, el segundo rubio) no fueron obstáculo para que el "impostor" creará su propia y nueva vida y se ganara el afecto de aquellos que necesitaban tener de nuevo a alguien a quien querer. El film está en las antípodas de una ficción sobre un caso real, el relatado por Clint Eastwood en 'El intercambio', cuando el personaje encarnado por Angelina Jolie se niega a aceptar como suyo el hijo desaparecido que el sistema quiere colocarle para acallar a la opinión pública.
Layton traza bien el relato de esta suplantación y sabe extraer de los principales actores del drama, el impostor camaleónico y la familia del suplantado, esas emociones verdaderas que tan difíciles son de capturar con una cámara cuando la persona filmada es consciente de que lo está siendo y, por lo tanto, puede actuar o representar lo que no es.
Metáfora pues del propio personaje central y de la propia película: ¿hasta qué punto es cierto lo que cuenta el impostor a cámara? ¿Podemos creerlo cuando toda su historia es una suplantación, una impostura? ¿Es creíble la forma en la que evoca como, una noche que se quedó solo en una comisaría, se hizo con el control de las fichas de los adolescentes desaparecidos para adoptar la identidad del chaval tejano del que nunca más nadie supo nada?
'El impostor' deja incógnitas en el aire, y ahí, en lo que queda fuera de la imagen, en el contraplano inexistente del propio relato, hay elementos de mayor interés que los concentrados en la explicación del protagonista, un auténtico serial imposter o los lamentos y confusiones de sus familiares, acusados en un momento concreto de haber sido los autores materiales de la muerte del desaparecido Nicholas. Muchas preguntas sin contestar, lo que otorga más inquietud a una historia sobre la supervivencia y la mutación como única forma de vida.
A favor: los vericuetos inquietantes y sórdidos que emergen poco a poco en el relato.
En contra: innecesarios golpes de efecto dramático.